La mayor exhibición comercial de vinos del mundo comenzó ayer con presagios optimistas de que la industria se recupera de tres años de recesión y mediocres vendimias, así como más de un decenio de consumo decreciente.
La explayada Vinexpo, que se celebra cada dos años, atrae a más de 2.000 productores y exportadores de 41 países, quienes exhiben y comparten vinos, brandis, cervezas y licores para un mercado internacional que comienza a repuntar luego de casi 15 años de contracción.
"Finalmente, la paradoja francesa está teniendo un efecto en los consumidores", dijo Paul Molleman, director de mercadeo para Europa del Instituto de Vinos de California.
Con ello se refería a los estudios médicos que muestran que dos vasos o más de vino tino al día pueden impedir obstrucciones arteriales, apoplejías y ataques cardíacos, tema que será debatido aquí en el transcurso de la semana.
La muestra de cinco días ofrece una oportunidad para que los productores de vinos se conecten con distribuidores internacionales. Este año, los exhibidores extranjeros alcanzan la insólita cantidad de 35 por ciento.
"La gente tiene miedo de perder sus mercados ante los nuevos productores de Nueva Zelanda, o Chile, o Sudáfrica", dijo Carlos Núñez, del Instituto de Comercio Exterior de España. "Tienen que venir aquí para mantener su presencia."
Los vinos de Burdeos encabezan el repunte de la industria, según cifras difundidas por el Consejo de Comercio Vinícola de Burdeos.