Probar la comida coreana puede resultar una gran aventura; como hacer un viaje que le puede llevar, entre plato y plato, a experimentar cambios radicales de sabor en su boca, desde el dulce, hasta el picante, según sea la comida.
Esta nación asiática es tan rica en historia gastronómica, como sus países vecinos, no obstante, aún hay muchos ticos que no se dejan tentar por esta novedosa oferta que mezcla en forma abundante vegetales, carnes cocidas y especias.
Las posibilidades son amplias, pero queremos recomendarle un punto de partida para que, de una vez por todas, se decida. Después no querrá dejar de probarla.
Gloria Lee, del restaurante Little Seoul en Pavas, comenzó por explicar que cuando una familia coreana se sienta en una mesa para tomar el almuerzo o cena, siempre hay una variedad de pequeños platos con diversos vegetales.
Para un tico podrían hacer las veces de una entrada, no obstante, son complementos para todo lo que vendrá después.
Estos pequeños recipientes incluyen rábano blanco, frijol nacido, tofu, encurtido y el rey: el kimchi en distintas variedades.
Antes de avanzar, hay que explicar rápidamente que el kimchi es elemental en la dieta del coreano y, por ende, hay que probarlo si se visita un restaurante de este país. Este plato no es más que mostaza china, rábano blanco, zanahoria, cebollín, ajo y otros vegetales.
Estos se fermentan y el toque final es que sea picante, muy picante. Se puede comer solo, o acompañando otra comida.
Pero no tema, coreanos como Gloria Lee entienden que el nivel de tolerancia al picante de los ticos es menor que el de sus paisanos. Por eso, hace en el restaurante una versión menos intensa, y otra, sin picante del todo.
Entradas. Thomas Han, también de Little Seoul, sugirió que un buen comienzo en la infinita comida coreana es el chap-che.
Y bueno, casi dos décadas de experiencia en su restaurante lo hacen una buena fuente de recomendaciones. El chap-che es un plato a base de fideos de almidón de camote.
Al probarlo, se descubre que no son fideos dulces, como uno imagina por ser de camote. Se acompaña por finas tiras de zanahoria, chile dulce, hongo, cebollín y carne de res.
Un dato curioso es que suele ser un plato popular en fiestas y bodas. La señora Lee explicó que al ser fideos largos simboliza una vida larga para los esposos.
Si prefiere algo con menos carbohidratos, el nogtu-jun o tortas de frijol verde molido tiene muchos puntos a favor. Son tortas que se pueden comer de un bocado, solas o acompañados de kimchi o salsa de soya con especias.
Han agregó que este plato además de ser muy tradicional en la cocina en su natal Seúl, también ayuda a limpiar el estómago.
Plato fuerte. El plato fuerte es una recomendación de Lee, se llama modum-qui, una especialidad de Little Seoul, donde convergen dos de las pasiones de los coreanos como lo son carnes y vegetales.
En su mesa aparecerá una pequeña parrilla, al lado un plato con bulgogi, carne de res; daeji-goki, carne de cerdo; tag-goki, pollo; ojingo-gui, calamares; y sae woo gui, camarones. Cada una de estas fuentes de proteínas vienen marinados al estilo coreano, lo que le da al momento de la cocción un olor y sabor singular.
Además, lo acompañan vegetales, hojas de lechuga y arroz blanco de grano corto (el mismo que se emplea en la elaboración del sushi). Aunque en principio uno piensa que las hojas de lechuga son decoración, la señora Lee explica que en Corea emplean las hojas de esta hortaliza para hacer lo que los ticos llamaríamos un gallo.
Toma la lechuga, le agrega la carne y vegetales de su preferencia, añade arroz y alguno de los productos de los platos que mencionamos al principio, por ejemplo el kimchi.
Desde luego que la oferta es mucho más amplia, sin embargo, hoy queremos mostrarle dónde comienza el camino, queda en usted descubrir y disfrutar lo que este ofrece, y, créame, que difícilmente se arrepentirá.