Durante casi tres décadas, la innovación y una cuchara han sido sus armas principales para “comerse” al mundo. Hoy Ferrán Adrià, catalán reconocido varias veces como el mejor cocinero del planeta, confiesa que sigue tan apasionado de la cocina como el día que preparó su primer platillo.
Vestido de un negro sobrio y elegante, en un rincón del restaurante La Nueva Masía, en Sabana Norte, el hito de la gastronomía española conversó con
Menos de lo que la gente cree. Las consecuencias son lo que han cambiado. Ahora tenemos más entrevistas, antes me hacían una cada año (ríe); al final, seguimos teniendo pasión por lo que hacemos, tenemos una curiosidad casi de niño por hacer cosas.
No, no existe. Ni el mejor periodista. Existe el más influyente, que generalmente es el director del
Muy fácil. El
Fue transformarlo, para evitar que muera. Te tienes que transformar cuando puedes, porque llegará un momento en que no podrás, y conforme más relevancia tienes, cuánto más importante eres, más lo tienes que ver, porque, si no, puedes morir de éxito.
No lo entiende nadie. Si lo entendieran es porque no es nada nuevo. Si montas algo que la gente no entiende, es porque es nuevo. A partir de ahí, veremos si triunfas o no. El nuevo proyecto de El Bulli es un ‘veremos’, pero estamos dispuestos a entender que podemos fracasar y si fracasamos, haremos otra cosa, no hay que tenerle miedo al fracaso.
No, no, al final es una evolución natural de El Bulli, es que no era un restaurante, este es el tema. La gente cree que era un restaurante, pero no lo es. Un lugar que cerraba seis meses, que todo era nuevo, no es un restaurante. Lo que pasa es que ahora lo radicalizamos.
Claro, siempre es un reto. Es que si no tienes retos, no tienes vida.
Hay que medir la fuerza socioeconómica de la comida, que es lo que me interesa. Por ejemplo, me han dicho que Costa Rica tiene el 8% del PIB en turismo; en cinco años puede tener el 10% y en diez años un 14%.
Seríamos unos ilusos al pensar que nuestra generación sería la última en este campo.
España ya es la vanguardia mundial; es un reconocimiento general. España la sustituyó, pero esta sustitución ya ha servido para tener un monopolio en la cocina. Hoy en día, Singapur, China, Tokio, Brasil, México, Perú, Italia, son sitios que están ahí, depende del momento, puede figurar también.
Hay una reconversión, pero esto es normal. No creo que las crisis afecten la creatividad. Hay una reconversión, pero es más general, hacia negocios más informales.
La creatividad, si va a llegar, llega sola; esto, de que las ideas se dan cuando se pasa hambre, no es algo que se cumpla hoy.
Un huevo frito vale medio dólar, menos de un euro, y es algo genial.
Hace varios meses de esta alianza y cuando la anuncié, no la entendió nadie. Una empresa líder en telecomunicaciones, nombrando un embajador de marca a un cocinero... ¡Chocó! Hoy somos motivo de análisis en escuelas de negocios, porque la primera impresa que ha utilizado la cocina para llegar a la gente no es una empresa de alimentación, sino de telecomunicaciones. Hemos llegado a la gente joven y a las pymes hablando de innovación, con un lenguaje que entienden.
Es un documental increíble, se ha proyectado en cines de 15 países, para mí es algo increíble. Se trata de un documento donde puede ver cómo se genera todo en El Bulli, sobre todo donde ves que aquello de la creatividad como algo místico, no lo es tanto, sino que es un trabajo, que se entrena.
A finales del 2014, en setiembre. Está 90% decidido. Podríamos retardarla un poquito, pero dependerá de si se hace una película de Hollywood sobre El Bulli; habrá que filmarla ahí, tendríamos que esperar unos meses.
Es que en cierto modo, lo que entendemos como retiro, ya lo he hecho, para no retirarme. Contextualmente, ya no decido sobre mi futuro, en cierto modo cuando uno se retira es porque decide sobre su futuro, pues ya lo he hecho.