...Y en el Puerto ¡se armó la fiesta!

Para la gente del Puerto, el carnaval es una fiesta. Y como tal, ¡la disfrutaron! Para muestra un botón: Rose Mary Vega, a sus 72 años no dejó de bailar con cada una de las comparsas que pasó a su lado.

Ayer, frente al viejo hotel Las Hamacas, cuando el reloj marcó las 4:25 p. m., comenzó el desfile y con ello, la última gran actividad del Festival Perla del Pacífico 2012.

Un grupo de 15 niños policía de Puntarenas, junto a sus superiores, encabezaron el desfile. Y tras ellos venia la parte más comercial. Empresas de ventas de motocicletas, de bebidas alcohólicas, y hasta negocios de prestar dinero aprovecharon a un público de varios miles de costarricenses, como una gran vitrina para exponer sus servicios.

Bajo el Sol, miles de personas habían esperado el desfile de forma llevadera. Los mejores preparados aparecieron a la orilla de la calle con sillas plásticas, parrilla para darle una carnita al diente y hieleras para contraatacar el calor.

Ya con el desfile en marcha apareció un Superman (Gerardo Vargas); con una capa algo desgastada y con surcos que su frente, que no ocultaban sus 63 años. Y se tomó fotos con los niños.

Descarga de sabor. “¡Muévalo, muévalo! Papi” se escuchó entre la multitud. Era una frenética joven que invitaba a los integrantes de la banda El Imperio, de Cartago, para que sacudieran su cuerpo, y la banda respondió a ritmo de tambores y coreografías.

Con el Sol que buscaba puntualmente su destino en el horizonte, llegaron comparsas como Imperio del Sabor y Ritmo Tropical, ambas de Alajuelita y los porteños Chuchequeros Alegres.

Las amigas y otrora bailarinas de comparsa Catalina Méndez, Hazel Navas y Lucía Alvarado pueden contar, con conocimiento de causa, que aprovecharon hasta el último minuto el desfile.

Con una jarra en una mano estas josefinas se robaban el show entre el público, en especial cuando bailaban al lado de alguno de los integrantes de las comparsas y dejaban mal parados a más de uno.

“Somos como 15, es una excursión en familia. Nos vamos a quedar hasta que muera esto”, aseguró Lucía Alvarado.

El desfile estuvo ayuno de carrozas, salvo por la del Instituto Costarricense de Electricidad que sirvio para promover su marca de telefonía y para que Génesis Mena, reina de las fiestas, saludara al público.

El desfile dejó ver imágenes para no olvidar, como la de Brandon López, de apenas tres años, que se movió como todo un experto junto a sus compañeros de la Banda Revolución, de Naranjo.

Ya se asomaban las estrellas en lo alto y la lista de comparsas seguía: Sabor Latino (Desamparados); Sabor Porteño (Carrizal de Puntarenas); Los Cumbancheros (San Rafael de Alajuela) y Latin Sound (Alajuelita) bailaban sobre el asfalto.

Y fue con Estacao Primeira Samba Som Batucada, de Puntarenas, que acababa el desfile. Pero la gente comenzó a seguirlos y así sacarle hasta la última gota de alegría a la fiesta callejera.