Farándula

Miel: el dulce robo a la naturaleza

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Que nadie sabe para quién trabaja se aplica perfecto en el caso de las abejas. Esa comunidad, de paso de buenos arquitectos, se esfuerza, naturalmente, por producir una sustancia viscosa, amarillenta y muy dulce, para alimentar a sus crías. Hacen la miel para sí mismas, pero el humano la toma para beneficio propio.








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