Chile El Mercurio (GDA) Esta semana, Hollywood y el mundo entero se vistieron de luto, cuando una de sus grandes estrellas se apagó.
Víctima de una depresión severa, y con un historial de drogadicción y alcoholismo a sus espaldas, Robin Williams fue encontrado el lunes sin vida en su habitación, con un cinturón de seguridad atado al cuello y cortes en sus brazos. La tragedia impactó al mundo entero.
Sin embargo, su caso no es el único en que la depresión ha capturado a un astro. Al contrario, la enfermedad ha hecho tambalear y caer a diversos actores, incluidos otros comediantes de tanto brillo como el propio Williams.
Es el caso de Jim Carrey, protagonista de comedias como Una pareja de idiotas y La máscara , quien reveló hace un tiempo que sufre de depresión. Su padecimiento, según explicó, guarda directa relación con una crisis de identidad.
Por su parte, tanto Hugh Laurie como Kirsten Dunst y Robert Pattinson enfrentaron un cuadro fuerte de depresión por problemas personales. Al primero se le presentó en el 2007 por no tener cerca a su familia cuando grababa Dr. House , mientras que la actriz la enfrentó en el 2008 tras ser despedida de un proyecto. Por su parte, el protagonista de Crepúsculo sufrió depresión en el 2012, luego de enterarse de la infidelidad de su entonces novia, Kristen Stewart.
Los héroes de acción tampoco están libres. Jean Claude Van Damme tiene este padecimiento desde la infancia y en 1998 tuvo un intento de suicidio a causa de un estado depresivo y la adicción a las drogas. Un especialista le diagnosticó depresión severa y trastorno bipolar.
Otras actrices lo han sufrido tras un parto. Es el caso de Brooke Shields y Gwyneth Paltrow, luego de dar a luz a sus hijos. Sin embargo, la enfermedad no llegó más allá, puesto a que ambas recibieron ayuda a tiempo
Sin embargo, no todos los actores han podido enfrentar la depresión sin estallar. Algunos, al igual que Williams, buscaron otro tipo de salida. Así sucedió con Owen Wilson, quien en el 2007 vivió una fuerte depresión tras terminar su relación amorosa con la actriz Kate Hudson, lo que lo llevó a un intentó de suicidio con sobredosis de drogas. Por fortuna, su hermano Luke alcanzó a encontrarlo a tiempo.
No ocurrió lo mismo con Heath Ledger, quien en el 2008 falleció producto de una sobredosis de medicamentos para controlar la ansiedad y la depresión. Según dijeron sus familiares, la angustia se le desencadenó debido a que no podía ver tan seguido a su hija Matilda Rose, aunque hay otros que aseguran que su enfermedad se disparó por el estrés de su vida en Hollywood.
Brittany Murphy y Philip Seymour Hoffman pasaron por una etapa parecida. Poco antes de morir, en el 2009, la actriz enfrentó una fuerte depresión por falta de trabajo debido a los rumores que circulaban a su alrededor y que la vinculaban a las drogas. El protagonista de Capote , por su parte, vivía con la enfermedad desde su infancia. Sin embargo, ninguno falleció por causa directa de su profunda tristeza.
Quien sí pudo haberse dejado llevar por la depresión es Marilyn Monroe. La actriz habría traducido traumas infantiles y juveniles (relacionados con falta de afecto) en rasgos neuróticos, depresivos y obsesivos. Pese a que su deceso nunca fue del todo aclarado, versiones oficiales aseguran que se suicidó, producto de una crisis depresiva.