Un equipo de La Nación realizó un recorrido por varios bares y cantinas de San José y Heredia, durante la tarde del domingo, en aras de presenciar el ambiente –entre copas– de las elecciones. Tibios, la mayoría de recintos mostró un panorama alejado del que se vio en las calles.
En el puro corazón de la provincia de San José, en el legendario bar El Faro, la celebración tuvo gran ímpetu, con tres alargadas mesas llenas de personas de distintos partidos, bocas y bebidas, y unas cuantas mesas menores, las cuales inyectaban más calor humano.
En El Faro, pasadas las 4 p. m., un grupo de músicos complació a los presentes con unas cuantas tonadas rancheras, mientras varios abstencionistas y simpatizantes del Frente Amplio se desgalillaban y bailaban en medio bar.
Maricruz Granados y Andrea Robles, abstencionistas, contaron que fueron a pasar la tarde en el bar para curar “el dolor con el alcohol”, alegando que ninguno de los aspirantes a presidente las representa.
A su lado, Noelia Murillo y Mariela Fúster, seguidoras del partido Frente Amplio, veían difícil que su elección pudiera superar a Liberación Nacional en la contienda. “¡Pero que se sepa que los comunistas también podemos ser felices!”, dijo Murillo, quien se manifestó cansada de que esa afición política sea harto “satanizada” en el país.
Tranquilo. A diferencia de El Faro, otros bares de San José y Heredia fallaron en representar la emoción que ha generado en los costarricenses esta fiesta electoral.
Recordemos que esta es apenas la segunda vez que no hay ley seca en el país para unas elecciones, aunque varias municipalidades sí decidieron prohibir la venta de alcohol durante el domingo.
En el bar Rafa’s, en barrio La California, los parlantes tiraban clásicos musicales de los años 80, mientras las pantallas se dividían entre distintos deportes. Un grupo de amigos, entre ellos Pablo Arguedas y Francisco Alfaro, llegaron al lugar temprano en la tarde, luego de ejercer su derecho al voto.
En Heredia, el bar Bulevar parecía un terreno alienado del resto del país, puesto que ni uno solo de los televisores transmitía asuntos relacionados con las elecciones, sino que todos estaban conectados al juego de futbol americano Super Bowl, realizado en Estados Unidos.
En el marco de las elecciones, los bares no lograron cautivar tantos clientes como podría suponerse. Eso sí: las licoreras de ambas provincias cumplieron durante todo el día con pedidos hiperbólicos, dado que muchos costarricenses prefieren echarse sus cervezas en la casa, mientras ven noticias y resultados de las elecciones en televisión