Anabelle Granados

¿Cómo fue la noche en que la eligen como la reina?

Fue en el Teatro Nacional, un 29 de junio, cuando dieron los resultados. Había jurado y luego La Nación sacó unos cupones y la gente lo llenaba y los depositaba.

¿Qué significaba ser Miss Costa Rica en 1956?

Un orgullo. Era la primera vez que quedaba alguien de provincia. Todas las ciudades me invitaban a bailes, me hacían homenajes.

La estatura llamó la atención, yo medía 1,81 metros y ahora me he encogido 10 centímetros con la edad.

¿En la época tenía novio?

Sí, claro. Él que sería mi primer esposo. Era muy celoso, pero se aguantó.

¿Don Pepe Figueres la despidió antes de partir a Miss Universo?

No, la esposa, doña Karen, me hizo un té en la Casa Presidencial, ahí por dónde el Morazán. Don Pepe, gran amigo de la familia y de papá, era de pequeña estatura y me sentó porque me dijo que no le podía faltar el respeto siendo más alta que él. Siempre con aquella picardía que tenía.

Usted es la única tica que ha ganado el título Miss Simpatía.

Se llama Miss Friendship (Miss Amistad). Era el voto de las compañeras del concurso, pero es que hacíamos horrores.

¿Cómo horrores?

Las latinas éramos todas muy chispa; nos hicimos muy amigas. Nos pasábamos haciendo bromas. La representante de Japón no hablaba más que japonés , ¡viera la canción que le enseñamos! No la puedo repetir.

“En un encuentro llegaron los anfitriones y dijeron que ahora vamos a presentar la señorita de Japón que las señoritas de América Latina le enseñaron Bésame mucho. Todo el mundo a la expectativa, un hotel de lujo, y claro: empezó a cantar Bésame mucho pero con una traducción que no se puede repetir. Papá decía “yo que me quiero meter debajo de la mesa, esa es Anabelle que anda haciendo esas cosas. Todo era inocente, como de chiquillas”.

¿Los concursos la cambiaron?

En lo más mínimo. Me abrió oportunidades. Cuando vino Lacsa e iba a poner las primeras aeromozas, porque solo hombres tenían, me buscaron a mí porque había sido Miss Costa Rica.

¿Su familia y amigos todavía la ven como Miss?

Sí, muchos que me encuentro en la calle. Excompañeras de colegio me dicen “ay, macha cómo has cambiado”. He cambiado, pero no es prioridad para mí. Yo no vivo de mi cuerpo, vivo de mi mente. Trabajo, pasó activa en juntas directivas, organizo ferias, eventos y cantidad de programas de turismo....

¿Qué le recomendaría a la próxima Miss Costa Rica?

Algo muy sencillo: que no deje de ser ella misma, que se quiera mucho en el buen sentido de la palabra. Uno en la vida mijita tiene que quererse mucho a sí mismo para poder querer a los demás. P

“ Uno con una sonrisa y buenos modales consigue mucho más que el despotismo y creerse que uno es mucho. Aquí de vez en cuando surge una señorita que cree con una diva. Espero que se sienta muy orgullosa de ser costarricense”.

Alguna anécdota.

Cuando gané Miss Friendship

viaje con mi padre por montones de estados promoviendo los trajes de baño Catalina y Max Factor. Me regalaron cantidad de cosas. Cuando yo llegué aquí, pasé primero a México y Cantinflas quería que me quedara filmando una película.

¿Conoció a Cantinflas?

Me llevaron a los estudios y andaba Cantinflas en ensayos para hacer El bolero de Raquel y ahí salió Christiane Martel, una francesa preciosa. Como ella era tan alta, querían que yo me quedara también, para hacer el contrapunto y el chiste porque Mario (Moreno) era muy chiquitito.

”Yo me gané, a parte de los viajes, un contrato con estudios Universal: $2.500 semanales. Maureen O'Hara, quien hablaba muy bien español, le dijo a mi papá: ‘No permita que su hija se quede acá, cuesta mucho y la van a tratar de seducir. Mi papá contestó: ‘Ella no tiene ningún interés y yo menos’”.