Los Ángeles, EE. UU. AP Todos los años, por esta época, decenas de miles de DVD de películas que aún están en las salas de cine son enviados por los estudios de Hollywood a los votantes de los Óscar, los Globos de Oro y otros premios.
Y todos los años, algunos de esos discos son copiados y las cintas terminan siendo distribuidas en Internet, algo que afecta las ventas de boletos y a los futuros DVD.
Esta vez, los estudios están adoptando una nueva estrategia para evitar ese tipo de piratería, y la tecnología juega un valioso papel.
Fox Searchlight envió este mes a casi 100.000 votantes películas candidatas como Black Swan por medio de un download gratis en la tienda de iTunes de Apple.
Paramount Pictures, Focus Features y otros estudios hicieron lo mismo más tarde con películas como The Fighter y The Kids Are All Right.
En todos los casos, los downloads expiran a las 24 horas de haber sido vistos y, luego, no están disponibles al público.
Como herramienta antipiratería, las proyecciones virtuales son mas baratas; además, eliminan el riesgo de discos robados.
Sin embargo, las proyecciones digitales no van a ser necesariamente el salvador definitivo. Las personas decididas a violar la ley van a encontrar la forma de copiarlas, incluso si se trata de grabar una película digital enfocando una cámara a la pantalla de la computadora.
Pérdidas millonarias. The Motion Picture Association of America estima que $25.000 millones se pierden mundialmente cada año a causa de la piratería.
Asimismo, es responsable en parte a la caída de la venta de DVD en Estados Unidos de $20.200 millones en el 2006 a unos $14.000 millones en el 2010.
Aunque la mayoría del daño ocurre a causa de grabaciones con cámaras en salas de teatro en todo el mundo, los DVD para votantes siguen siendo un problema.
Discos enviados a los votantes de los Óscar a finales del 2008 fueron fuente de las copias piratas en Internet de Slumdog Millionaire y The Curious Case of Benjamin Button.
La pena por colocar ilegalmente películas en Internet es de hasta tres años de prisión y una multa para quienes cometen el delito por primera vez en Estados Unidos. Para los reincidentes, las sentencias son más severas.