Aunque su estreno oficial fue el 15 de marzo de 1972, en Nueva York, tuvieron que pasar más de seis meses para que los costarricenses escucharan por primera vez aquella célebre frase: “Creo en Estados Unidos. Aquí he hecho mi fortuna”, que el funerario Bonasera le dice a Vito Corleone.
La gran premiere de gala de El Padrino , organizada por la Fundación Costarricense de Desarrollo, fue anunciada para el 27 de setiembre, a las 8 p. m., en el Cine Palacio Metropolitan, de San José.
Sin embargo, desde una semana antes de aquella primera función, en las páginas de los diarios nacionales se publicaban anuncios sobre el esperado estreno.
“La más extraordinaria película de todos los tiempos, basada en la más sensacional novela best-seller de todos los tiempos!!”, se leía en los anuncios de casi media página, publicados en la sección de cartelera.
“Del crimen organizado surge el imperio de un hombre singular, tierno, despiadado, astuto... todopoderoso. Su patrocinio equivale a un seguro de vida; su desafío... Un seguro de muerte!!”, añadían.
El boleto, que era exclusivo para mayores de 18 años, tenía un costo de ¢10 y le daba derecho a los asistentes a participar en la rifa de premios como un pasaje a Miami, un televisor de 19 pulgadas, una máquina calculadora, un cepillo eléctrico, una bicicleta y una licuadora.
Los “impresionantes llenazos” que ocasionó El Padrino , hicieron que la película se mantuviera hasta mediados de noviembre en la cartelera de numerosas salas de cine de Heredia, Alajuela, Cartago y San José.
Sus últimas presentaciones se realizaron en el cine Astral, en Heredia, donde se despidió como “el máximo acontecimiento cinematográfico de 1972”.