LEONARDO DiCAPRIO as J. Edgar Hoover in Warner Bros. Pictures drama J. EDGAR, a Warner Bros. Pictures release. (Courtesy of Warner Bros.)
Mostrar la vulnerabilidad de un personaje tan controversial como J. Edgar Hoover, fundador y primer director del FBI, requiere de un esfuerzo colosal, solo a la altura de otros dos grandes íconos: Clint Eastwood y Leonardo DiCaprio.
En
“Esta es una historia sobre relaciones, interacciones íntimas entre Hoover y quienes lo rodeaban, desde los más cercanos hasta Robert Kennedy y otros políticos importantes, inclusive presidentes (...). Me gusta explorar por qué la gente hace o ha hecho ciertas cosas en sus vidas”, detalló Eastwood sobre su proyecto.
De esta forma, el drama biográfico también presenta a personajes claves en la vida del solitario líder. Entre ellos destacan su mano derecha Clyde Tolson (Armie Hammer); su secretaria Helen Gandy (Naomi Watts) y su madre (Judi Dench).
En la película también se aprecia cómo, a punta de secretos, el personaje de DiCaprio logró convertirse en el hombre más poderoso de los Estados Unidos, y mantuvo su control durante tres guerras y los mandatos de ocho presidentes.
El espectador también adquiere permiso para mirar los aspectos más oscuros del trabajo Hoover y su celoso resguardo de su vida privada.
Entre ellos, su lucha para conseguir el amor de su severa madre, su supuesta homosexualidad y la firmeza con las que decidía ejecutar las medidas más extremas para “proteger” su país y ganar, sin éxito, la admiración mundial.
“La ponderosa dirección del señor Eastwood, un guión torpe de Dustin Lance Black (
Otros expertos, como Manohla Dargis, de
Más allá de su peso histórico, Hoover representa un reto épico para cualquier actor: su inusual forma de hablar –pausada, enunciando cuidadosamente cada sílaba–, así como su característica mirada calculadora.
En la opinión de Morgenstern, DiCaprio “proyecta esta figura de autoridad con intensidad” y con una atención al deseo de Hoover de prevalecer sobre los demás, en asuntos grandes y pequeños”.
Por su parte, Dargis afirmó que la fuerza de