Cannes, Francia
La epidemia del sida resurgió con toda su brutalidad este sábado en el Festival de Cannes, de la mano del director francés Robin Campillo, que recrea el combate de las víctimas en Francia en 120 latidos por minuto.
En el cuarto día de la mayor muestra mundial de cine, esta lucha por la vida, coprotagonizada por el actor argentino Nahuel Pérez Biscayart, fue presentada paralelamente a una historia casi antagonista, la de una sociedad contemporánea inerte y atrapada en su propia absurdidad, plasmada en The Square, del sueco Ruben Ostlund.
En las proyecciones de la prensa, la primera hizo llorar y la segunda, reír, pero ambas suscitaron aplausos. Está por ver las reacciones de la crítica, que por ahora - con la mayoría de películas en la máxima competición todavía por estrenar - apuesta por Loveless, del ruso Andrei Zvyaguintsev.
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Personal. Campillo rescata una historia que vivió en su propia piel, cuando entró a formar parte de la asociación Act Up, cuyo activismo fue clave para obligar al Gobierno a abrir los ojos y afrontar la epidemia del sida.
"Me uní a Act Up en 1992, es decir, 10 años después del inicio de la epidemia. Como gay, había vivido los años 1980 con el miedo a la enfermedad", explicó Campillo.
"Con Act Up, los enfermos quisieron romper con su íntima maldición para hacer visible la enfermedad y colocar a los políticos frente a su responsabilidad", dijo luego a la AFP.
Sin embargo, la película es una "ficción", en la que Pérez Biscayart, que interpreta a uno de los miembros más activos de la asociación infectado con el virus del sida, se enamora de un nuevo integrante, libre de la enfermedad. Una historia de amor que discurre en paralelo a los debates y acciones de Act Up, que da cabida a personalidades combativas, aferradas a la vida.
En La Croisette, la actuación del actor argentino (El Aura) fue aplaudida por muchos durante la jornada.
Como la célebre película Philadelphia, en la que Tom Hanks ganó un Óscar por su interpretación de un enfermo de sida, 120 latidos por minuto muestra con crudeza cómo el virus consume poco a poco el cuerpo hasta la muerte. Pero también celebra la lucha del colectivo de homosexuales por acelerar la investigación médica y activar las indispensables campañas de prevención.
Desde hace más de una década, el sida retrocedió considerablemente en el mundo. Pero aunque la ONU se fijó por objetivo poner fin a la epidemia en 2030, todavía hay unos 36 millones de enfermos, principalmente en África.
Crítica. También en liza por la Palma de Oro, The Square es una crítica satírica de la burguesía sueca, encarnada por el conservador de un museo de arte contemporáneo que prepara una exposición centrada en ensalzar los grandes valores universales a través de un simple cuadrado trazado en el suelo. Ello mientras en la ciudad en la que vive se cruza cada día con el rostro de la pobreza, los mendigos.
"Se trata de reflejar la hipocresía de nuestro modo de vida en Occidente. Nos creemos virtuosos, pagamos nuestros impuestos, pero hay cosas que no queremos ver", dijo el actor danés Claes Bang, que encarna al director del museo.
120 latidos por minuto y The Square compiten junto con otras 17 películas por el máximo galardón, entre ellas La Seducción, de Sofia Coppola, con Nicole Kidman y Happy End, del austríaco Michael Haneke, laureado dos veces con la Palma de Oro. El jurado presidido por el cineasta español Pedro Almodóvar dará a conocer su veredicto el 28 de mayo.