Cuando alguien tiene más de 20 años de ver y escribir sobre cine, como yo, adquiere razones suficientes para desconfiar de los llamados
De dicho realizador recuerdo sus buenos filmes
A propósito de
A mí, que no he leído ningún libro de esta exitosa trilogía escrita por Suzanne Collins, se me queda en el aire el cómo –exactamente– nacen los distritos que luego han de participar en una competencia, por demás muy estúpida: adolescentes escogidos al azar marchan a un torneo, en parejas, para representar a 12 distritos diferentes. En ese torneo, la competencia es a muerte, todos contra todos. Quien sobrevive, gana.
Las razones de todo eso no están claras en la película. Solo interesan los sucesos y nunca la causalidad o estudio de ellos. El filme apuesta al entretenimiento y lo hace bien, con buena descripción de los eventos, con elegante narración y con buen manejo del ritmo y de la intensidad de la trama.
Los puntos de giro (cambios narrativos para abrir expectativas o ciertas atenciones en el espectador) funcionan bien en el filme, así tal y como se presentan. Incluso, permiten cambios de estilo y hasta de género en la misma película: acción, romance, drama, melodrama, ciencia-ficción, fábula futurista; mientras el argumento toma prestado de aquí y de allá (me parece que la novela no es tan original).
Las actuaciones del elenco son buenas, sobre todo la de Jennifer Lawrence, capaz de echarse la película encima con el buen manejo de los desiguales estados emocionales de su personaje Katniss. Interesantes los trabajos de los más veteranos, en su orden: Woody Harrelson, Stanley Tucci y Donald Sutherland. Quien desentona es el joven Josh Hutcherson, como Peeta, enamorado de Katniss.
El buen montaje señala con criterio las pausas y acentos del ritmo, según convenga. La intensidad cuenta con el buen subrayado de la música y el buen ojo de la fotografía. En fin, el