“Siento que nuestra vida ocurre 99% dentro de nuestra cabeza y solo un poco por fuera”, dice Tobias Nöller, director de Aloys , cinta suiza que Pacífica Grey presenta en el Cine Magaly.
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“Puedes ver a una persona cruzando la calle y es solo eso,pero dentro de su mente, va pensando en casarse, o alguien que murió… es un universo muy grande y siento que el cine es una gran herramienta para explorar eso”, afirma con un tono que revela su curiosidad.
Ese ojo agudo marca su primer largometraje, la historia de un detective privado cuya vida solitaria se trastorna cuando la voz de una mujer se inmiscuye. Es una historia inusual, pero con un magnético personaje, Adorn Aloys; ganó el premio Fipresci en el Festival de Berlín del 2016.
“Un detective es una persona que ve todo pero usualmente nadie lo ve a él. Debe ser invisible. Si no lo es, es un mal detective”, explica Nölle.
“Me parece muy interesante lo que eso puede hacer con tu psique, con tu vida emocional. Ves todo, sabes más de la vida porque ves cómo la gente se separa, cómo se engañan, pero a ti nadie te ve. Ve todo pero su propia vida no es nada, es un vacío, no existe”, detalla el realizador. Al final, en el cine, esos detectives prosiguen su vida en soledad. Mudos.
Nölle quiso darle una vida diferente a Aloys. La mujer extraña puede haber robado sus cintas de vigilancia y entra en su vida por teléfono. Con un lenguaje muy expresivo e imaginativo, el filme dibuja una vida así transformada con encanto y color.
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Es una forma de explorar la soledad, voluntaria o accidental. “Si alguien me dice que no conoce la soledad, no le creo. Todos experimentamos eso una o más veces en la vida. Creo que es uno de los sentimientos más importantes; mucho de lo que hacemos en la vida es combatir la soledad”, dice.
En toda historia, en algún punto, el héroe está solo contra el resto del mundo. Aloys empieza así pero, poco a poco, va descubriendo aspectos curiosos de su propia existencia. “Estaba interesado hacer un filme personaje del detective privado, pero sin un caso de asesinato, sino una historia personal. Empecé a escribir y me di cuenta de que él mismo es el caso que debe resolver”, afirma el suizo.
Esa extraña alineación de ideas se amalgaman en una cinta descrita como un ensueño, un drama poético. “Algunas personas encuentran el filme deprimente, pero para ser honesto, cuando filmamos, se sentía como grabar una comedia”, bromea el director. Para su próxima cinta, quizá vire hacia ese género; habrá poesía, de nuevo, y una atmósfera saturada de color.
Aloys sigue en cartelera del Cine Magaly.