Las películas de Hollywood, con la complicidad de los efectos visuales, parecen hoy adornadas cajas de regalos sin obsequio adentro. Puro envoltorio. Con las excepciones del caso, es un cine en agonía como sétimo arte, falto de ideas, lo que se plasma en malos guiones.
Curiosamente, el cine hollywoodiano tiende a lavarse la cara con sus nuevas películas animadas por computadora. Son interesantes. Al menos, la mayoría de ellas. De tal manera, el ropaje tecnológico coincide mejor y de forma más inteligente con la solidez no solo de los argumentos, sino también de los personajes.
Ahora, con el filme animado
Con el buen guion de Ken Daurio y Cinco Paul, la película narra la historia de Gru, sujeto víctima de una infancia deplorable, por culpa de una madre sentimentalmente desarticulada. Gru planea el acto criminal más increíble de la historia: robarse la Luna, en clara competencia con otros pillos que, incluso, se han robado una esfinge de los desiertos.
Para robarse la Luna, Gru necesita de la complicidad de un científico extravagante, el doctor Nefario, y de sus simpáticos ayudantes: los Minions. En su camino lunar, Gru solo tendrá la competencia de otro villano, Véctor, y para vencerlo necesitará de tres niñas huérfanas. Antes, tendrá que cuidar temporalmente de las niñas, lo que va a trocar los acontecimientos y los sentimientos de los personajes.
Como ustedes pueden comprobarlo cada noche, Gru se robó la Luna, pero nos la ha devuelto. En el cine, todos sabremos por qué.