Un corto e inofensivo beso en la boca, marcó para siempre el recuerdo de Elvira (1955). El roce de labios fue de “mentirillas”, pero aún así fue la sensación del segundo largometraje del cine tico.
No era para menos; era la primera vez que, en pantalla grande, los ticos veían reflejada tan “íntima expresión de amor”.
Con la escena amorosa incluida, el Centro de Cine revivirá mañana la melodramática historia de Elvira (Maritza Urbano), una muchacha de clase alta que se enamora de Alberto (José Tasies), su criado.
En la trama –que se basa en la novela homónima del escritor tico Moisés Vincenzi– el amor que parece imposible parece respirar cuando Alberto, a través del estudio, sube socialmente de nivel.
Según la historiadora audiovisual María Lourdes Cortés, Elvira llegó al cine gracias al esfuerzo de Carlos Alfaro Mac Adam, entonces director de radio Columbia.
“Don Carlos organizó el programa de radio ¿Quiere ser usted una estrella de cine? El mismo incluía un concurso para las personas que quisieran participar en el filme. Con ello logró financiar la cinta, que a la postre costó unos ¢50.000”, escribió Cortés en un artículo publicado en La Nación , en el 2000.
Con la plata en mano, Alfaro contrató a una productora azteca para hacer la película. De esa manera, los mexicanos Alfonso Patiño Gómez (director) y Max Liszt (camarógrafo), se hicieron cargo del recordado proyecto.
Según Cortés, el rodaje de la película duró entre dos y tres semanas, y se realizó durante el mes de julio de 1954. Locaciones al aire libre y algunas casas de San José se utilizaron en la cinta.
“Fue algo muy rudimentario. Para las tomas en exteriores usábamos láminas de color plateado que reflejaban el sol, ya que no había elementos técnicos en el país para un trabajo como este”, narró la misma Urbano a Cortés.
¿Y el beso?, tampoco hubo tal. La ilusión fue obra de una técnica audiovisual que enseñó Liszt a los enamorados del filme.
“No podía haber contacto entre las bocas. Solo se aplastaban las narices. La técnica era la de un ballet : el muchacho se agachaba y la mujer miraba para arriba, con las bocas como a 5 centímetros de distancia. No se tocan sino que lentamente giran...”, agregó Urbano.
Pausa y crítica. Increíblemente, la historia de amor entre Elvira y Alberto llegó a los cines ticos 25 años después del estreno del El retorno (1930), primer filme tico dirigido por el italiano A. F. Bertoni.
“Es posible que, ese lapso, se debiera a que El retorno la criticaron mucho en el país. Por ejemplo, una escena en la que levemente se ve la rodilla de la actriz María Eugenia del Barco, fue fruto de muchos comentarios”, dijo Roberto García, del Centro de Cine.
“Lo anterior y otras críticas, creo desalentaron mucho la producción”, agregó García.
Sobre Elvira , García opinó que es una película entretenida y técnicamente muy bien realizada. Sin embargo, recordó que fue muy cuestionada porque sus diálogos fueron doblados.
“No era sonido directo. Las voces que le pusieron no corresponden a la forma de hablar de los costarricenses”, explicó García.
La función de Elvira será mañana, a las 6:30 p. m., en el parqueo del Centro de Cine. Si no puede ir, recuerde que el sábado habrá una repetición, a las 4 p. m. Es gratis.