Basta media hora de conversación con la directora de fotografía de la segunda temporada de Narcos , Carmen Cabana, para percatarse de que se visualiza filmando en Costa Rica en un futuro no muy lejano.
Eso sí, advierte, el país tendría que hacer ciertas concesiones para que las producciones extranjeras sean rentables.
La artista –mitad venezolana y mitad colombiana, pero radicada en Los Ángeles, Estados Unidos– llegó a territorio nacional invitada por el Festival Enfocus, desarrollado por la Universidad Latina la semana pasada.
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Su misión era brindar talleres a los realizadores inscritos en el festival, pero también traía en su maleta una carpeta con proyectos fílmicos para el 2017 que aún buscan locación.
Quizá el temprano apego por Costa Rica que sintió Cabana en su primera visita al país tiene que ver con que esta es la tierra a la que pertenece el productor Peter Odio, quien le dio su primera oportunidad como directora de fotografía en la cinta Cartas a Elena (2010). O tal vez tenía también algo de relación con la amistad que generó con el actor tico Leynar Gómez durante el rodaje de la serie Narcos .
Sin embargo, es evidente que, desde la perspectiva fílmica, Cabana se sintió deslumbrada por las opciones que ofrece el país.
“Me ha dado cuenta de que hay oportunidad de hacer muchas cosas en Costa Rica, porque es un país hermoso desde el punto de vista de naturaleza exótica. Y en infraestructura y ciudad he visto que es muy accesible y me dicen que desde un punto de vista de logística no es tan complicado cerrar calles o tener acceso a locaciones, lo cual sí es muy complicado en otros lugares en los que he rodado”, dijo en una entrevista exclusiva para Viva .
Tras unos pocos días de scouting , Cabana afirmó estar interesada en hacer producciones en suelo tico, empleando una combinación de talento nacional y extranjero.
“Tengo varios proyectos que me ofrecieron para el otro año, entonces comencé a meter en una carpeta todos los que yo pienso que se podrían hacer aquí. Uno es una película de terror en una casa, otro es de un viaje de unos chicos y tengo una película que es en un hospital de salud mental, en ese caso el Sanatorio (Durán)”, comentó.
Analiza condiciones. Cabana fue contactada por Gómez con el cineasta nacional Esteban Ramírez ( Gestación , Presos ), quien le esbozó las ventajas y los inconvenientes del sétimo arte en Costa Rica.
Al final de la conversación, el tema económico resultó ser un factor determinante.
“Sí hace falta una ley del cine y es posible que económicamente no la vean como algo factible en este momento porque hay otros gastos que tienen mayor prioridad (a nivel de país), pero más que un gasto, esto puede ser una gran oportunidad de fomentar la economía nacional”, manifestó.
“Desde el punto de vista de negocios, para que un productor extranjero decida elegir a Costa Rica como el escenario de su película, tiene que haber una relación costo-beneficio.
”Por ejemplo, en Colombia, con la ley de cine, hay exenciones de impuestos del 45%. Eso motivó que una película de acción que tengo para el próximo año que se llamaba Yucatán y que era originalmente para filmarse en México, se fuera para Colombia. Apenas el director vio los tax free rates (tasas de exención de impuestos), dijo: ‘Nada, le cambiamos el título a la película’”, explicó Cabana, quien asegura tener mayor interés en el cine que en las producciones de series televisivas.
Desde antes de su llegada al país, Cabana era consciente de las dificultades financieras que plantea la producción de películas económicamente rentables en suelo nacional.
“Pedro Odio me había conectado con otro director, Ignacio Sánchez. Tenía un largometraje para enero ( Buscando a Marcos Ramírez ) y me lo ofreció. Nunca me lo leí. Me dijo que tenía un proyecto en Costa Rica, pero la remuneración económica era demasiado baja para justificar mi presencia en el país durante tanto tiempo, entonces de plano le dije que no”, reveló.
“Aunque sí tengo mucha pasión por viajar y filmar, necesito que los proyectos me cubran por lo menos mis gastos básicos y ese proyecto no me daba ni para pagar la renta (de su apartamento en Los Ángeles)”, justificó.
Ante la ausencia de una ley de cine en Costa Rica, Cabana perfiló una propuesta para atraer talento extranjero y engrosar el currículo de productores ticos.
Su idea consiste en abrir plazas para realizadores novatos y estudiantes de Cine como asistentes, quienes estarían dispuestos a cambio del aprendizaje y la experiencia. El dinero que se ahorraría la producción podría ser invertido en contratar a directores de renombre, con lo cual, a su párecer, habría una ganancia en ambos sentidos.
“Creo que hay que ponernos creativos”, dijo, con la esperanza de algún día regresar a Costa Rica, pero esta vez, como parte de un crew de filmación.