Leonardo Rodríguez leonardo.rodriguez@aipj.com
Hace unos años, el doctor Álvaro Burgos Mata, coordinador del libro Psicología forense costarricense , emigró, lleno de ilusiones y retos, con una beca del gobierno de los Estados Unidos para cursar una maestría en psicología forense entre 1990 y 1992 en el John Jay College of Criminal Justice de la City University of New York. Esta era la única universidad estadounidense que ofrecía entonces dicho programa de estudios.
Gracias a aquella experiencia, Álvaro Burgos se convirtió en el primer abogado latinoamericano que se graduó en psicología forense.
Además, en 1994, Burgos sería el primer incorporado al Colegio Profesional de Psicólogos de Costa Rica que ostentaría tal grado académico.
La psicología forense es un tema apasionante; cada vez gana más seguidores gracias a los medios de comunicación colectiva y a la expansión de la oferta académica de universidades en muchos países del mundo
No hay duda de que el libro que comentamos representa un hito en Costa Rica pues es la primera obra colectiva en el campo psicológico forense; además, en ella participan psicólogos y juristas de muy alta calidad.
Ellos han sido reconocidos igualmente en el medio académico y profesional, lo que garantiza un aporte de indudable calidad científica.
Además, este libro será material de consulta obligatoria para estudiantes y profesionales de las más diversas áreas del conocimiento interesados en acercarse a temas de particular relevancia en materia psicológica forense.
En la primera parte, son psicólogos quienes intervienen brindando su visión.
Así, figura el magister scientiae Ronald Lin Ching Céspedes, quien ha laborado, durante mucho tiempo, para el Departamento de Trabajo Social y Psicología del Poder Judicial, atendiendo a niños y a población adulta.
Asimismo, Lin Ching laboró realizando peritajes en el Departamento de Trabajo Social y Psicología del Poder Judicial, sobre todo con imputados adolescentes.
Actualmente, el doctor Lin Ching trabaja en la Sección de Apoyo Psicológico Operacional del O. I. J. De una manera particularmente cuidadosa, Lin Ching explica qué es “relevante” en el ámbito psicolegal.
De seguido, el doctor David Ramírez Acuña, psicólogo del Departamento de Trabajo Social y Psicología del Poder Judicial, aborda la desparentalización y la desfiliación como una forma de invisibilización de la violencia intrafamiliar, tema de gran actualidad en la sociedad costarricense.
Posteriormente, la magistra scientiae Nancy Milena Rodríguez Calderón se refiere a un tema sumamente interesante y muy poco abordado en nuestro medio: el de las “memorias implantadas” en víctimas de delitos sexuales.
Finalmente, la peritación forense en la labor clínica psicológica es el tema que aborda el magister scientiae Mario Alberto Víquez Jiménez, exdefensor de los Habitantes y exdirector del PANI, además de catedrático de la Universidad de Costa Rica.
En la segunda parte de la obra colectiva, los juristas son quienes intervienen.
Primeramente lo hace el magister scientiae Frank Harbottle Quirós, letrado de la Sala III de la Corte Suprema de Justicia, quien se refiere a uno de los temas clásicos y más apasionantes tanto en el campo penal como en la psicología forense: la imputabilidad y la inimputabilidad.
A continuación, el magister scientiae Norberto Garay, con gran experiencia como defensor público, nos expone el tema “Las medidas de seguridad en Costa Rica”.
En tercer término, el doctor Gustavo Moncada, abogado litigante y profesor universitario, nos brinda un acercamiento a la labor desplegada por el psicólogo forense en los centros penitenciarios.
Para finalizar, Álvaro Burgos se refiere a la psicometría y su utilización en el campo forense.
No cabe duda de que este libro, pionero en su especie, será de provecho para todas las personas que deseen ahondar en temas relacionados con la psicología forense.
El libro brindará también un aporte fundamental al crecimiento de dicha disciplina, que ya da sus primeros pasos en el medio costarricense y continúa en constante evolución.