Los generales aún no han descubierto que la mejor forma de no ir a la guerra es no hacer una; sin embargo, de haberla, los generales sí han descubierto que la cortesía es esencial en las batallas y hacen que los soldados pasen primero.
Se ignora cuántos millones de generales murieron en la Primera Guerra Mundial, pero sí se sabe que, al menos en Francia, hubo 3.595.000 soldados heridos, 56.000 sufrieron amputaciones y 65.000 quedaron mutilados, para no contar a los muertos, quienes no celebraron el armisticio.
Aquellas son las cantidades de víctimas que constan en una página de una historieta dibujada por el artista francés Jacques Tardi (1946) y que se exhibe en la Alianza Francesa junto con otras doce ampliaciones.
La exposición se titula Desde las trincheras (1914-1918) y muestra páginas del libro-historieta C’était la guerre des tranchées (1993). El artista ha hecho, de aquel conflicto, una de sus “obsesiones” y le ha dedicado también los libros Adieu Brindavoine, Le trou d’obus y Putain de guerre!, entre otros, para denunciar los horrores de un conflicto que engendró otro peor.
Tardi es uno de los más importantes cultores de la historieta en Europa y ha trabajado también en una serie dedicada a la Comuna de París (reprimida en 1870) y en libros que relatan las aventuras de misterio y fantasía de su personaje Adèle Blanc-Sec.
Silvia Díaz, encargada de mediateca de la Alianza Francesa, indica que la exhibición se abrió en recuerdo del inicio de la Gran Guerra (1914-1918) y que Tardi accedió a enviar los dibujos que se exponen.
Las ilustraciones cuentan la historia de un hombre que es reclutado y enviado a los combates. El relato abarca desde el inicio hasta el fin de la guerra: el llamamiento, la partida, las muertes, las mutilaciones, el dolor...
El artista peruano Juan Acevedo, autor del manual Para hacer historietas , afirma: “Tardi es un grande: me sobrecoge su expresión, aunque tiene cierta tristeza. Es cautivante, me gusta su trabajo en grises, incluso cuando emplea el color. Al belga Hergé, creador de Tintin, lo une la cultura francófona y sus ganas de narrar aventuras. Hergé era más complaciente con el sistema, pero Tardi es un rebelde; puede ser más visceral, crítico, solitario”.
A su vez, Ana Sánchez Molina, historiadora de la caricatura costarricense, opina: “Desde el punto de vista histórico, Tardi es sumamente exacto: hace sus propias investigaciones; Hergé se basa más en fuentes secundarias. La difusión de la historieta infantil Tintin ha sido amplísima, pero Tardi es un gran desconocido en Costa Rica”. Esta es una verdad que empieza a cambiar.
La exposición se ofrecerá hasta el viernes 31 de octubre en la sede de la Alianza Francesa de San José centro (tel. 2257-1438).
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Una creciente madurez
El pintor y poeta francés Cesar Maurel comenta el arte de Jacques Tardi y nos dice: “La historia según Tardi es ‘ideológica’ y de izquierda, pero nunca es anecdótica; se mide por la autenticidad de los sentimientos, de cierto candor ante nuestra lectura posmoderna”. Conversamos con el escritor.
–¿Cómo se encontró usted con el arte de Tardi?
–Fue en la adolescencia. Francia es un espacio muy aficionado al “noveno arte”, las historietas. A inicios de los años 70, ellas alcanzaron la mayoría de edad, y los franceses se sumaron a un “destape” europeo pues muchos autores dejaron el espacio infantil para dirigirse a un público más adolescente y adulto. Quienes empezamos con Tintin o Astérix encontrábamos así la forma de seguir leyendo con imágenes.
–¿Qué lugar ocupa Tardi como artista académico y como artista popular?
–No creo que Tardi sea “académico”. Su trabajo de recopilación gráfico e histórico es muy profesional, pero siempre ha estado al servicio de una trama narrativa.
”Tardi es un autor panfletario por su agresiva ironía y sus ataques a una Francia conservadora. Detesta la asociación Iglesia-Ejército, que considera culpable de la sangrienta represión a la comuna de París en 1870 y de la Primera Guerra Mundial”.
–Para algunos, los dibujos de Tardi son “muy franceses”...
–Hay un aspecto técnico heredado de la escuela belga: la “línea clara”, de manera que el dibujo se trata esencialmente en línea más que en matices de gris o tramado.
”La figura es definida por un contorno lineal. Los rostros son una muestra de la sobriedad del trazo, aliado a una gran precisión expresiva. Tal factura tiene antecedentes en caricaturistas franceses del ámbito político desde el siglo XVIII”.
–¿Hay convergencias entre el arte de Tardi y el de Hergé?
–De la escuela belga, Tardi heredó el oficio de ofrecer una historia desarrollada a lo largo de un mínimo de cincuenta páginas, a diferencia de la escuela norteamericana.
”En el arte de Tardi no hay superhéroes, y sí más sutileza en la sicología y en el relieve de los personajes. Pese al estilo más infantil y maniqueo de Tintin, Tardi comparte con él una ambientación muy documentada y realista, aún cuando la trama puede ser delirante”.
–¿Existen otros historietistas franceses que hayan frecuentado la historia gráfica?
–¡Pregunta difícil! Hay autores que han hecho un trabajo de ambientación narrativa de gran calidad: François Bourgeon en Les passagers du vent, Pascal Rabaté en Ibicus, André Juillard en L’épervier...; pero no estoy seguro de que se nutran tanto de la gráfica de época como lo hace Tardi.
–¿Debe la historieta considerarse un arte con el mismo derecho que la pintura?
–No, y por una razón muy simple: debe haber un equilibrio entre la imagen y el guion. ¡Cuántas “novelas gráficas” he abandonado por su guion insulso, aunque contasen con ilustraciones de impecable factura! Al igual que en el cine, perdono más fácilmente una factura desigual que un mal guion.
–Al fin, a un artista como usted, ¿qué opinión le merece el trabajo de Tardi?
–Pues... ¡cómo me gustaría dibujar tan bien como él! Desde un principio ya lo tenía todo en los dedos; sin embargo, Tardi ha alcanzado una madurez cada vez mayor en el manejo “panóptico” o compositivo de la página simple y la doble.
”Es notable su tendencia a la depuración, que notamos en las reproducciones hoy expuestas. En ellas, Tardi divide la página en tres tiras de igual importancia. Creo que el aspecto narrativo está muy presente en esa decisión”.
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