El escenario es perfecto para filmar una película de terror.
Paredes y pisos agrietados, enormes agujeros en el techo, grandes fragmentos de concreto desprendidos, maleza por doquier, reventaduras, piezas destrozadas, escombros... a simple vista, el mejor destino para el antiguo templo católico de Puriscal parece ser la demolición.
Sin embargo, varios expertos consultados por
“Soy del criterio de rescatar el templo como edificio y no como ruina. La arquitectura tiene sentido como tal en tanto es utilizada por las personas. Creo que lo más recomendable es una restauración que tenga como prioridad un reforzamiento estructural para poder darle un uso al edificio”, opinó el arquitecto Adrián Vindas, director del Centro de Patrimonio.
Las deficiencias en el diseño estructural y los deslizamientos que afectan a la zona de Santiago de Puriscal están entre las principales amenazas de este edificio. Sin embargo, en un estudio realizado en marzo del 2010, el ingeniero Roy Acuña considera “la adecuación estructural y la recuperación de la edificación factibles técnicamente, pero están asociadas a un costo importante y a un riesgo mayor que el de una obra nueva”.
El ingeniero estimó el costo de las obras de recuperación en ¢1.430 millones.
Por su parte, los miembros de la Asociación para el Rescate y Conservación del Antiguo Templo de Puriscal, abogan por propuestas “realistas” que sean viables técnica y económicamente.
El arquitecto Carlos Mora es el autor de un proyecto que combina el rescate de las estructuras originales con construcciones nuevas para albergar ahí un centro cultural y darle nueva vida.