Fernando Díez Losada
“Me importa un bledo ”. ¿Bledo? Vamos al DRAE: “ bledo . (Del lat. blitum). 1 . m. Planta anual de la familia de las Quenopodiáceas, de tallos rastreros, de unos tres decímetros de largo, hojas triangulares de color verde oscuro y flores rojas, muy pequeñas y en racimos axilares. 2 . m. Cosa insignificante, de poco o ningún valor. Dársele, o no dársele a alguien un bledo. Importarle, o no importarle a alguien un bledo. No valer un bledo”.
Los gramáticos suelen hablar de este procedimiento como el de una negación con sustantivos que designan objetos de valor ínfimo o nulo.
Desde un punto de vista semántico es evidente la idea de pequeñez, insignificancia o de escaso valor. Aunque antiguamente eran frecuentes con verbos como “valer” o “costar”, en la actualidad se prefiere el verbo “importar” (DRAE: 6 . intr.
Convenir, interesar, hacer al caso, ser de mucha entidad o consecuencia casi en exclusividad, acompañado, las más de las veces, por cuantificadores, entre los que destacan vegetales como bledo, comino, pepino, pimiento, rábano, higa... y ciertos objetos como pito (espero que no sea el del árbitro) y ardite (DRAE: 1 . m. Moneda de poco valor que hubo antiguamente en Castilla). 2 . m.Cosa insignificante o de muy poco valor): “Me importa un ardite”.
Resulta también curiosa la frecuencia del numeral tres sobre cualquier otro cuando no se quiere emplear el de un: “Me importan tres pepinos, tres rábanos...”. Si bien este hecho no tiene una explicación clara, sí podemos destacar la traslación semántica por la que se ha pasado del valor real vegetal que podría tener, al valor subjetivo que nosotros podamos darle.