Años ha, una librería de San José presentaba una sección de “metafísica”, y en ella se encontraban libros a cerca de platillos voladores: toda una declaración de filosofía de la “ciencia”. Guillermo Coronado Céspedes cita riéndose esa anécdota, que, sin embargo, resalta dos asuntos muy serios: la urgencia de que los filósofos divulguen sus investigaciones, y la necesidad de que estas sigan de cerca los avances científicos.
Coronado es uno de los filósofos costarricenses de formación científica más sólida, y es licenciado en filosofía por la Universidad de Costa Rica con estudios de posgrado en filosofía e historia de la ciencia en la Universidad de Indiana (Estados Unidos).
Sus vastos intereses se reflejan en su reciente libro: Apuntamientos de historia del pensamiento científico (editorial Antanaclasis), donde incluye estudios sobre Demócrito, Platón, Descartes, Boyle, Leibniz y Schrödinger, entre otros personajes.
Coronado (San José, 1945) ha sido director de la Escuela de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, pero debió retirarse de la labor académica por problemas de salud en 2013. No obstante, se mantiene activo investigando y escribiendo. Recientemente ha dictado conferencias en el Instituto Tecnológico sobre tres naturalistas: Anastasio Alfaro, Rubén Torres y Alexander Skutch . Guillermo Coronado nos dice:
–Trabajo ahora sobre la estructura conceptual de El origen de las especies , de Charles Darwin, para entender el contexto de sus problemas y su estrategia argumentativa. También estudio a Alfred Wallace, cofundador de la teoría de la evolución. Noto que Darwin valoraba la selección artificial de animales y plantas, pero Wallace no la consideraba porque creía que ella perturbaba los análisis conceptuales.
Coronado también estudia las definiciones de espacio, tiempo y movimiento que figuran en el primer escolio de los Principios matemáticos de la filosofía natural , de Newton. Coronado explica:
–Conozco algo de ciencias gracias a formadores como Claudio Gutiérrez , quien sabe de lógica matemática, y Gil Chaverri, químico que dominaba las matemáticas. He aprovechado los conocimientos de investigadores como Pedro León y Edgardo Moreno, microbiólogos moleculares. De geología aprendí gracias al científico Peter Sprechmann.
Aunque ya está pensionado, el filósofo se mantiene en contacto con jóvenes; así, da una tutoría a alumnos que estudian los pensamientos de Galileo, Newton, Darwin y Einstein.
Guillermo Coronado es el animador del Círculo de Cartago , un grupo de filósofos que se reúnen en esa ciudad y publican la revista Coris . Unos entusiastas alumnos del Colegio San Luis Gonzaga crearon el Círculo en agosto de 1956; a ellos se sumaron después el filósofo Roberto Murillo y otros intelectuales. Algunos de los temas que trata el Círculo son la ciencia, la tecnología y la ética.
–¿Qué es la filosofía de la ciencia?
–Es una reflexión sobre los métodos de la ciencia, y sobre el status de las hipótesis y de la verdad científica. Esta reflexión intenta desterrar, de la concepción de la ciencia, los resabios del platonismo y del esencialismo. Estos suponían que podía alcanzarse la Verdad, con mayúscula: inconmovible y axiomática. La filosofía de la ciencia reconoce la provisionalidad de la verdad científica y el avance histórico de las verdades, pero insiste en que, aunque sea provisional, la verdad científica no es arbitraria si se aplican los métodos científicos.
”La filosofía de la ciencia no cae en los extremos del posmodernismo, que pretende que, como la ciencia cambia, entonces todo vale como ciencia. Los posmodernos llegan a postular que la ciencia es un texto literario más. Por el contrario, la filosofía de la ciencia reconoce que hay cierta objetividad que se logra mediante los métodos de control de la ciencia. Estos métodos también pueden cambiar, pero siempre controlando las hipótesis.
”No podemos pensar en la episteme [ ciencia, conocimiento ] de Platón y Aristóteles, ni en los sistemas axiomáticos, como los de Descartes, Newton y Laplace. Siempre hay una provisionalidad, pero no implica arbitrariedad ni subjetivismo a ultranza”.
–¿Cuál filósofo de la ciencia le interesa especialmente?
–Mi marco de referencia es Karl Popper ; su refutacionismo metodológico permite construir una mirada crítica de la ciencia. El racionalismo crítico tiene un gran oponente: el dogmatismo.
–Algunos dicen que la filosofía se queda con menos temas conforme avanzan los descubrimientos científicos.
–No lo creo. La filosofía no es una reflexión sobre campos propios, como la física y la biología, que excluya los demás. La filosofía es la reflexión sobre los distintos sistemas de interpretación de la realidad que se han creado. Lo que descubra la ciencia no limita a la filosofía porque un objeto de la filosofía es la ciencia misma. Lo que descubra la historia tampoco limita a la filosofía porque esta interpreta la historia.
”Así, si la física resuelve el tema cosmológico por excelencia: el origen del universo, la filosofía reflexionará sobre cómo lo aborda la física. Más bien, la filosofía se enriquece siempre con los descubrimientos científicos”.
– ¿Es posible una filosofía científica ?
–Puede haber una filosofía de la ciencia, pero no necesariamente una filosofía científica. Ya lo intentó el positivismo lógico. Una filosofía científica debería responder a los criterios científicos por excelencia: la verificabilidad o la refutabilidad mediante el cotejo con la experiencia. Sin embargo, la filosofía no produce hipótesis para refutarlas mediante experimentos. La filosofía es reflexión de segundo nivel sobre construcciones conceptuales. Lo que realmente vale es una filosofía sobre la ciencia con reconocimiento de los métodos y las realidades hipotéticas de la ciencia.
– Para muchas personas, toda filosofía es demasiado abstracta o incomprensible.. .
–Algunas escuelas filosóficas se precian de alejarse del individuo culto medio. Otras escuelas caen en este extremo porque suponen que hace falta una intuición especial para entenderlas, o porque –dicen– solo puede hacerse filosofía con el idioma de una nación, como creía Martin Heidegger del alemán.
”Yo mantengo la esperanza, inspirada en los movimientos empiristas ingleses desde el siglo XVII hasta hoy, en que puede haber formas de estar en contacto con la gente para hacerle ver que la filosofía es importante. A veces, el público responde.
”Sin embargo, el público también suele interesarse en filosofías abstrusas que están de moda. Las personas suponen entonces que la filosofía es metafísica, entendida como la relación con entidades inobservables, situadas más allá de la experiencia”.
–¿Cómo coinciden la filosofía y la ciencia?
–Es muy importante que el filósofo de la ciencia conozca los métodos de la ciencia. Uno de los errores de los filósofos es suponer que la filosofía está en las alturas, y que, por ejemplo, el físico está debajo. Las ciencias dan materias de reflexión a los filósofos y hacen que modifiquen sus ideas.
–Como hace siglos, ser filósofo hoy implica interesarse por muchas cosas...
–Sí, y también por ciencias sociales y por algunas expresiones artísticas. El filósofo no debe ser necesariamente poeta o músico, pero debe conocer las creaciones importantes que se producen en esos campos. A veces, la reflexión filosófica tiene que ver con valores estéticos. Por ejemplo, el filósofo no debe ser obligatoriamente médico, pero sí debe estar familiarizado con ciertas prácticas médicas para que pueda entender los problemas bioéticos.
–¿Se mantiene la separación entre las humanidades y las ciencias: las “dos culturas”, como las llamó el físico Charles Snow?
–Se mantiene en gran parte del mundo intelectual, pero grandes figuras del siglo XX no cayeron en esa separación, como el físico Werner Heisenberg. Otro caso es el de Lisa Jardine, matemá-tica e historiadora del Renacimiento, quien también hizo historia de la ciencia, bioética y filosofía de la tecnología.
–¿Cuáles libros de filosofía recomendaría usted a quien se interese por ella?
–Por su riqueza de temas, La república , de Platón, es fundamental. Para aprender rigor de análisis, recomendaría la Crítica de la razón pura , de Kant. Como libros más cercanos, citaría Problemas de la filosofía , de Bertrand Russell , y La ciencia y el mundo moderno , de Alfred North Whitehead ; de él dijo: “Lo escribí a capítulo por semana, pero lo reflexioné durante veinte años”.