La obra se desarrolla en la atmósfera opresiva de un viejo billar, en una noche que atrapa las culpas volátiles que corroen a los personajes masculinos –Carlitos y Mifasol–, quienes se acusan mutuamente de la desaparición de Ella.
Rocío Reyes –Ella– simboliza la invisibilidad de la mujer, quien prefiere el exilio y el silencio antes que el maltrato y el acoso laboral de los “machos”.
“El espectador tiene que poner mucho de su parte. La obra golpea el alma y despierta sensaciones, emociones e imágenes, por lo que creo que este grupo merece un aplauso”, afirma Martín Santos, quien apreció la obra la noche de ayer.
Tras una hora de función, Malanoche promete que usted saldrá con una reflexión a cuestas. Para adquirir sus entradas, usted debe ir a la boletería del Teatro Nacional, donde aún quedan boletos disponibles para esta noche.