La oposición de algunos dueños de la antigua Botica Solera a ceder sus derechos sobre la propiedad a la Municipalidad de San José, la dificultad para localizar a otros dueños que, se presume, viven fuera del país y la falta de comunicación entre el ayuntamiento y el Ministerio de Cultura impiden la restauración de este histórico inmueble.
A pesar de que desde hace cuatro años existen planes para convertir este edificio, declarado patrimonio nacional, en un centro cultural y biblioteca, ninguna obra se ha ejecutado hasta hoy.
Tras varios años de trámites no se ha completado el traspaso del inmueble, ubicado en barrio México, a la Municipalidad de San José y ni siquiera existe claridad de cuántos dueños ya han cedido sus derechos sobre la propiedad.
En el 2008 la Municipalidad había indicado que seis de los 24 dueños del inmueble habían donado sus derechos.
Sin embargo, Édgar Acuña Solera, uno de los dueños actuales consultados, aseguró a La Nación que en esa ocasión no fueron seis, sino dos los dueños que donaron.
Por su parte, Rafael Arias, asistente del alcalde, Johnny Araya, señaló que aún la comuna no es dueña “de ningún derecho”.
Su versión contradice la de Marco Vinicio Corrales, funcionario de la Municipalidad de San José, quien dijo que son ocho los dueños que ya han cedido sus derechos al ayuntamiento.
Finalmente, en el departamento legal del municipio josefino indicaron no contar con esta información.
Otra fuente que discrepa sobre el porcentaje de la propiedad que ya está en manos de la Municipalidad es el Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura. En el expediente de este edificio patrimonial aparece que son cuatro las personas que ya han donado su parte del inmueble.
“De ninguna manera donaría, ya que esto se quiso hacer con fines politiqueros. La Municipalidad ofrece una suma simbólica y solo los que están bien acomodados económicamente quieren donar”, dijo Gómez a La Nación.
La Municipalidad está dispuesta a comprar los derechos que no quieran ser donados voluntariamente y hasta a expropiar, de ser necesario.
“El municipio tiene ¢150 millones para su compra y hasta el día de hoy se han destinado ¢40 millones para la expropiación” aseguró Marco Vinicio Corrales.
La Nación conoció el caso de otro de los múltiples dueños de la antigua Botica que sí está a favor de ceder su derecho voluntariamente, quien aseguró que la Municipalidad lo llamó a firmar, pero le cancelaron la cita y no la han reprogramado.
Los representantes de la Municipalidad de San José insisten en que los principales motivos del atraso son los trámites con los dueños que viven fuera del país.
Por su parte, Édgar Acuña Solera aseguró que la Municipalidad está confundida y que en realidad ningún poseedor de derechos sobre el inmueble vive en el exterior.
Según dijo Corrales, la Municipalidad está consciente de la importancia del edificio y aún quiere restaurarlo.