María José Chavarría curaduria@madc.cr
Revisar constantemente cuáles son las producciones artísticas de los diferentes países en Centroamérica, es uno de los objetivos del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo. Es así como dos exposiciones de artistas hondureños se ofrecen en las salas del Museo.
Por un lado, la Sala 1 alberga la obra de Lester Rodríguez en la exposición Territorio infinito, que resalta la idea del poder y denota formas asociadas al territorio, al uso de espacios geográficos específicos, regiones, extensiones territoriales y la utilización de recursos cartográficos.
El paisaje funciona entonces como especie de metáfora que remite a la construcción fría y calculada desde algunas ramas de las ciencias geográficas, a partir de la disección y la yuxtaposición, hasta la vinculación de este paisaje con la cotidianidad que define ciertas “realidades”.
Marea alta. Una visión sociopolítica del paisaje plantea también sistemas ideológicos, nociones de mundo; moldea concepciones determinadas a partir de la idea del límite o la frontera, y, a la vez, perfila al sujeto a nivel cultural. Mapas que se descomponen, territorios que se forman a partir de miles de palillos de dientes de madera o cientos de piezas de ajedrez que reconfiguran nuevos patrones.
Este estudio del paisaje permite ramificaciones que se relacionan con características económicas o sistemas de producción. Para el artista, un concepto por desarrollar es el de la “modernidad fallida” o de alguna manera inconclusa, y se plantea desde la paradoja y la contradicción presentes en algunas de sus piezas.
Tal es el caso de Marea alta, obra conformada por 4.000 barcos de papel, donde la fuerza de la invasión y la fragilidad del material son importantes.
Máquinas que ya no pueden usarse, herramientas que no tienen utilidad, la vulnerabilidad entre la idea y la forma, todo parte de una concepción mecanicista asociada al capitalismo y a la fuerza laboral.
El trabajo manual y la reproducción masiva del objeto son líneas fuertes que se desarrollan tanto a nivel conceptual como en la manera en la que se producen las propias piezas.
Estas etapas de producción, agotadoras, se relacionan con la idea de la “maquila” como un elemento presente desde la estandarización del trabajo, así como con las resoluciones formales de sus obras, a nivel de color y forma en las reproducciones masivas de los objetos.
No se podrían dejar de lado las características sociohistóricas de Honduras, donde la violencia, los desaparecidos y la constante vigilancia permiten al artista construir narrativas desde su contexto de procedencia para plantear conexiones más amplias. El arte funciona como un problematizador y un articulador de inquietudes comunes.
Dulce fetiche. Por otro lado, en las Salas 2 y 3 se encuentra la muestra Dulce fetiche, de Lucy Argueta, quien ha planteado diferentes perspectivas en torno a la prenda como objeto y sus connotaciones.
Algunos de los temas planteados son la recolección de las prendas como elementos impregnados de memoria, y la proyección de la ropa como vestigio casi arqueológico, vinculado a la violencia, a personas desaparecidas y entierros colectivos.
Ciertos objetos se convierten en símbolos de status o de una forma de vida, que va desde ser un objeto de lujo y de acceso limitado, hasta la posibilidad de recodificar ciertos mecanismos simbólicos a partir de la imitación y su expansión hacia todos los niveles económicos, sociales y adquisitivos.
Presentar el deseo que se puede generar al querer poseer algo y evidenciar las diferentes respuestas del mercado a este deseo, da pie a una investigación en relación a las marcas, ropa y accesorios y las concepciones en torno a “el original y la copia”, dentro de un mercado de “segunda mano” como objetos de consumo y fetichización.
La ironía tiene un papel fundamental en este juego trazado alrededor de las marcas, el acceso a lo material y la búsqueda del “glamour”. Chamele, Dance & Gabriel, Hugo Boss y muchos otros intentos de imitación son encontrados en tiendas por la artista y adquieren nuevos significados.
La fascinación por el objeto es algo que se hace evidente desde las resoluciones generadas en algunas de sus obras.
Las dinámicas participativas con el espectador funcionan cuando el visitante puede probarse y adquirir las prendas: es el caso de la tienda de “ropa americana” de la Sala 3. Las prendas fueron seleccionadas de una “piscina” de ropa de segunda mano en el centro de San José.
¿Qué da valor a los objetos de consumo? ¿Cómo me representa este tipo de elementos? Al final, ¿qué determina la selección y el deseo de posesión? Estas prendas de segunda mano ya tienen vida impregnada, cuentan con una memoria y un recorrido.
Esta exposición permite estudiar las relaciones y las características de ese “objeto de deseo” y nos acerca a entender nuestras relaciones sociales.
Ambas exhibiciones plantean muchos de los intereses presentes en la producción de artística desde este lado del mapa.
Las exposiciones se ofrecen hasta el 8 de julio. Teléfono del Museo 2257-7202.. Página en Internet: www.madc .cr/
La autora es investigadora e historiadora del arte.