San Ramón honró a los boyeros

El pasado domingo al ser las 10 a. m., las calles del pueblo se llenaron de locales con sus mejores galas y de foráneos con sus cámaras, celulares y curiosidad.

Como todos los años, el Desfile de Boyeros se inició en el Salón Pastoral de la parroquia de San Ramón. De allí empezaron a bajar las yuntas de bueyes guiadas por sus propietarios.

Este año se acercaron campesinos de todas partes del país para participar de esta tradición. Incluso, hubo participantes que llegaron desde el sábado por la tarde a San Ramón para “amanecer listos” con sus bestias.

“Nosotros, desde meses antes, dimos una vuelta por todo el país haciendo la invitación a los boyeros para el desfile. Por eso es que aquí llegan personas de todas las provincias. A ellos nosotros les damos hospedaje, para que puedan estar cómodos”, comentó Jesús Villalobos, parte del equipo de organización de la actividad.

El recibimiento de los ramonenses es de lujo. En un ambiente claramente festivo, los anfitriones les tenían preparado picadillo, gallos de carne y hasta música en vivo para acompañarlos y animarlos durante el recorrido.

Según los organizadores, esta vez se unieron alrededor de 230 yuntas de bueyes, algunas de ellas iban con todo y sus carretas, montando a su paso a niños.

¿Por qué lo hacen? Algunos boyeros participan para exhibir a sus animales, mientras otros lo hacen porque simplemente esto es parte de su diario vivir y quieren compartir su pasión con los demás.

Este es el caso de don Francisco Núñez, conocido como Quiko Carretero.

“Yo he venido al Desfile de Boyeros desde el primero que se hizo, siempre participo y traigo a mis bueyes. Esta es mi pasión: ellos son mis compañeros de trabajo de todos los días y son los que me dan la comida para llevar a mi familia”, celebró .

Don Quiko, vecino de Guatuso y de 55 años, recordó ayer como su papá le enseñó a criar bueyes y usarlos para trabajar cuenta que desde que cumplió seis años de edad.

El aseguró que, para él, “el de San Ramón es el mejor desfile de bueyes del país” y destacó su buena organización.

Además, en el tradicional recorrido se hicieron presentes imágenes y santos. De hecho, acompañado de los Reyes de los festejos patronales (que encabezaban el desfile), San Ramón Nonato iba también sobre una yunta de bueyes.

Larga jornada. El desfile se extendió un buen rato. Al ser el mediodía, todavía seguían llegando bueyes al centro de San Ramón, donde eran recibidos con una presentación cultural frente a la Iglesia.

Al ser la 1 p. m. un aguacero sorprendió a todos, pero ni siquiera eso logró “aguar” los festejos. El recorrido, de unos 5 km, finalizó en la Sede Occidente de la Universidad de Costa Rica, distrito San Juan.