Era su primera visita a Costa Rica, y mientras se dirigía a la Antigua Aduana en compañía de su colega y mentor Eduardo del Río, mencionaba cuánto lo había sorprendido el país en poco tiempo.
Él es Rafael Barajas, quien desde 1984 es el caricaturista editorial del periódico mexicano La Jornada. Firma como El Fisgón, y es el hombre que todo lo ve y lo dibuja. Su trabajo le permite vivir de la realidad que otros tratan de ocultar.
Usted se define como un ser crítico del Gobierno. Si pudiera ser presidente, ¿cuál sería su primera decisión?
Es cierto. Yo soy crítico porque me parece mucho peor estar conforme ante la barbarie y el horror que puede vivir una persona en México, porque así han sido nuestros Gobiernos. Lo primero que haría sería cambiar el modelo neoliberal de mi país.
Según ha dicho, México vive una realidad llena de narcotráfico y corrupción. ¿Qué caricatura quisiera dibujar de su país?
(Ríe) Yo sueño con retirarme. Con no tener que dibujar políticos feos ni denunciar cosas. Me encantaría retirarme y ver que hay cosas buenas que resaltar.
¿Cómo sintetizar en una viñeta una situación nacional?
Es casi imposible hacerlo. Sin embargo, esto es lo bueno del oficio periodístico, que uno puede dar su opinión todos los días. Un tema no se agota en una viñeta, y de ahí el éxito del género.
¿De qué forma se logra esa conexión con el público?
Esta es una profesión muy sofisticada, que es muy didacta y eso nos permite expresar un sentir general con imágenes, frases. Nosotros nos pasamos horas de horas para sacar una imagen. Ahí es cuando funciona el oficio.