05-04-2013. Hora: 03:15 p.m. Mural elaborado en el Parque Cristbal de Ciudad Coln en el marco del Festival Nacional de las Artes. Fotos: Mayela Lpez (Mayela_Lopez)
Cualquier intento por acomodar su alborotada melena era inútil. Jeremy Morales tenía ambas manos embadurnadas de pintura azul, luego de un pequeño percance mientras trabajaba en su obra. “El arte fluye solo, no hay que ser tan cuadrado ni sentir miedo a expresarse”, dijo este joven de 18 años que participó en la creación de un gran mural en el parque El Cristóbal, en Ciudad Colón.
El paredón triste y gris que separó física y socialmente a los habitantes de los barrios Bermúdez Carvajal, El Cristóbal y la Viriteca de sus vecinos, más acomodados, del residencial Bulevar Las Palmas, es hoy un mural rico en colores y sentimientos.
El mural Camino al alba forma parte del Festival Nacional de las Artes 2013, que se realiza del 5 al 14 de abril en Santa Ana y Mora, al oeste de San José.
Voces de la comunidad. En 180 metros de longitud, los vecinos de estos tres barrios y el residencial le cuentan al resto del mundo cómo es Ciudad Colón.
“El mural se dividió en ocho paneles con ilustraciones que recogen las ideas que la comunidad quiso expresar. Hay de todo un poco: escenas surrealistas o místicas, crítica social, tradiciones populares, deportes, historias del pueblo y la naturaleza”, explicó el pintor colombiano Rubén Darío Monsalve, coordinador artístico del proyecto.
Carmen Castro, vecina del barrio Bermúdez Carvajal, les robó algunas horas a sus oficios domésticos y se llevó su buena dosis de sol y lluvia con tal de ir a pintar.
“Cuentan que aquí, donde está el parque, había un lago en el que vivía un cocodrilo, se veían muchas garzas y se podía pescar tilapias. Pero cuando empezaron a construir el residencial, el lago desapareció. El cocodrilo en esta ilustración representa la maquinaria que succiona toda la naturaleza”, comentó Castro.
De vez en cuando, se asoman en la gran pared especímenes de fauna local, como tijos y zompopas.
“Las personas que viven en estos barrios usan el camino que cruza el parque como un atajo para llegar al centro de Ciudad Colón. Todas las mañanas, cuando van hacia el trabajo o a estudiar, y todas las tardes, cuando regresan a sus casas, estas personas se ven como un ejército de hormigas” , dijo Laura Rojas, quien vive en el residencial.
Los vecinos a ambos lados del mural admiten que las relaciones no siempre fueron cordiales y que el parque era un lugar peligroso.
“Este lugar era muy feo; el muro estaba rayado con vulgaridades. Jamás vengo por aquí porque es una zona muy problemática, pero quise participar, pues me encanta pintar. Yo soy pintora de brocha gorda”, opinó Marta de Asís, vecina del residencial.
Ella entabló amistad con Aurora Miranda y Laura Valverde, vecinas de El Cristóbal, que también se unieron a la “pintada”.
Las tres creen que al arte les permitió compartir. “El diseño, el color y la alegría es lo que nos une”, comentó Valverde.