La fotografía constituye uno de los principales medios de expresión artística pues desempeña un papel básico en la configuración del universo cognitivo emocional e individual, y en la conformación de la memoria colectiva de la humanidad. En la fotografía existe una convivencia de fundamentos tan diversos como en otras artes, en las ciencias, la memoria y la experiencia.
He llamado El hombre de las salinas a esta imagen. La realicé el 24 de marzo del 2011 en Colorado de Abangares (Guanacaste) mediante la técnica digital (es decir, sin el uso de película).
La imagen forma parte de un reportaje sobre la industria artesanal de la sal. En Abangares se la produce de dos maneras: mediante unos patios de secado con el sol, o en pailas de metal calentadas con leña.
Esta fotografía exhibe el reflejo en el agua de sal de uno de los trabajadores que se afanan en tan ardua labor. Que esta sea tan extenuante no impide que nos ofrezca escenas hermosas que un fotógrafo procura captar.
Existe en mí un deseo de retratar más de cerca escenas en las que las personas revelen sus problemas, y en las que se evidencie la lucha diaria de las clases menos favorecidas por surgir. Me proyecto a realizar ensayos con este tipo de enfoque.
Me identifico con la fotografía documental enfocada en los problemas sociales. Intento resaltar personajes olvidados: los que pasan inadvertidos a la vista, pero las fotos pueden hacer que permanezcan en el tiempo.
La imagen pertenece a un trabajo periodístico que realicé sobre la desaparición de la industria artesanal de la sal. Por su contenido y su tratamiento, esta pieza fotográfica se acerca mucho a una obra pictórica. Aunque no la empleé en este caso, me identifico mucho con la técnica del blanco y negro por la fuerza y el drama visual que genera.
El arte de la fotografía análoga ha dado paso a la digital, que es inmediatez y tecnología. Se ha perdido el viejo romanticismo de ver cómo la imagen iba revelándose en un producto químico.
Sin embargo, con las nuevas técnicas fotográficas, ahora hay mayores posibilidades de acercarlas a otras artes visuales, como el cine y la pintura. A mi vez, procuro lograr un acercamiento a lo pictórico.
¿Maestros? Siento una intensa admiración por el trabajo del fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, siempre interesado en temas sociales y laborales. Él ha alcanzado renombre y ha obtenido el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
Siguiendo con el tema del arduo trabajo de los salineros, podemos imaginarnos una escena: una reunión en nuestro Teatro Nacional con la presencia de mandatarios de países vecinos y cientos de invitados del cuerpo diplomático. Poco después de los soporíferos discursos aparece lo que todos esperaban: la comida. Un menú selecto, vigilado y servido. De repente, un mandatario agita una mano para solicitar un poco de sal. Este ademán comenzó en unas arduas salinas. La sal es democrática.