Orlando Carranza, pintor y escultor de Atenas cuya especialidad es el arte religioso. 28 de marzo del 2011, 11 am. (albert marin)
En su taller en Atenas, Alajuela, “nacen” las imágenes que se utilizarán en las principales procesiones del país o que engalanan los templos en diferentes partes de Costa Rica y el continente. Allí es donde Carranza también “resucita” obras de varios siglos de antiguedad que muchos consideraban perdidas por su deterioro.
“Desde que faltan tres meses y medio para Semana Santa, el trabajo es agotador. Me acuesto a las tres de la mañana y me levanto a las seis, pero esto no me molesta tanto: lo hago porque me nace. Es arte y es fe al mismo tiempo, y esto puede ayudarle a mucha gente”, comentó Carranza.
Días previos a la Semana Mayor, el taller está lleno de imágenes a la espera de los retoques finales y de encargos de última hora que lo ponen a correr. Según confiesa, prefiere que le encarguen trabajos con seis meses de antelación pues muchas obras requieren cuatro meses de trabajo.
“No soy muy religioso, pero sí creo en Dios. Muchas parroquias no tienen mucho dinero para pagarme, así que a algunas iglesias solo les cobro los costos de los materiales. El dinero es secundario; esto es arte y lo hago con toda mi alma: en cada imagen hay un pedazo mío”, añadió.
Cuenta, orgulloso, que sus trabajos los ha reconocido en actividades en todo el país y que constantemente recibe encargos de parroquias de Panamá y Nicaragua.
“Me gusta dedicar mucho tiempo a cada imagen pues cada una tiene su expresión. En Semana Santa, el sufrimiento de los personajes es muy grande, pero todos expresan su dolor de una forma diferente”.
La otra parte de su labor constituye en volver a la vida imaginería antigua, para restaurarla y darle nuevamente valor.
“He reconstruido imágenes con más de 580 años de antiguedad. Algunas imágenes me llegan con solo media cara o ya carcomidas. Es algo que me gusta mucho hacer, es darle vida a un arte que muchos creyeron muerto”, manifestó.
Carranza concluye que la Semana Santa es la época en la que más orgulloso se siente de su obra: “Entonces veo mejor la utilidad de lo que hago y sé que puedo dejar un legado cuando me vaya”.