La humedad y el calor excesivos, así como el smog y las partículas de polvo, dañan las obras de arte, según dijo Paolucci. Si bien hay un filtro que provee aire puro y temperaturas constantes en la conocida capilla, este se volvió insuficiente debido a la sobrecarga del sistema.
Una “limpieza de polvo” en el receso de verano hizo visibles las primeras señales de deterioro en los frescos.
Hasta 25.000 visitantes asisten diariamente a la Cappella Sixtina, lo que representa unos cuatro millones de personas al año, es decir, una tendencia en aumento.
En la Capilla Sixtina, en la que hasta hoy en día es elegido el Papa, se pueden ver además de “El juicio final” y “La creación de Adán” de Miguel Ángel otros 12 frescos del Renacimiento de famosos artistas.
Miguel Ángel (1475-1564) trabajó incansablemente durante cuatro años en la que hasta ahora es considerada su mayor obra maestra. Desde 1994, la capilla luce colores renovados tras una renovación de 15 años.