Madrid (AFP) El 19 de marzo de 1812 unos doscientos diputados españoles e iberoamericanos con espíritu ilustrado y el “corazón repleto de racionalismo” promulgaban en Cádiz la tercera Constitución liberal del mundo, un hito histórico que España celebra dos siglos más tarde con honores.
El rey Juan Carlos I y la reina Sofía de España presidirán mañana en la ciudad andaluza la ceremonia oficial del bicentenario de aquella ley fundamental, conocida popularmente como “la Pepa” por haberse aprobado el día de San José.
Pero la conmemoración se extenderá todo el año por decenas de localidades españolas, con obras de teatro, exposiciones y conferencias que culminarán en noviembre con la celebración en Cádiz de la XXII Cumbre Iberoamericana.
Esta “es una buena oportunidad para entender las luces y las sombras” de la tercera Constitución escrita del mundo, tras las de Estados Unidos y Francia, opinó Emilio de Diego, profesor de Historia en la Universidad Complutense de Madrid.
En un momento en que los territorios americanos comenzaban a aspirar a su emancipación de la corona española, 52 de los 184 diputados que firmaron “la Pepa” provenían de ultramar, entre ellos el vicepresidente de las Cortes españolas, el puertorriqueño Ramón Power y el presbítero costarricense Florencio del Castillo quien tuvo una destacada participación.
Aunque “con ella se pretendía terminar con las veleidades independentistas proponiendo un modelo atractivo” esta Constitución tuvo “una gran influencia para las libertades en Hispanoamérica”, explicó el historiador.
“Los movimientos en Latinoamérica se aplicaron los mismos principios de soberanía que se habían invocado en la península y acabaron constituyendo marcos jurídicos de ruptura con la metrópoli”, destacó
Elaborada y promulgada en la España liberada durante la Guerra de la Independencia española, mientras buena parte del país seguía bajo la invasión militar napoleónica, la Constitución de 1812 constituyó una declaración de libertad, y afirmó conceptos como la igualdad y la educación obligatoria.
“Su importancia es reconocida mundialmente en la historia del derecho constitucional y del pensamiento político”, señaló De Diego. “No hay que olvidar que el término ‘liberal'’es un término español, que se acuña en Cádiz . Es una contribución muy significativa de España al liberalismo europeo”, agregó
Con una fuerte escolta policial y vigilado desde un helicóptero, el original de “la Pepa” viajó la semana pasada, preservado en un vehículo especial para obras de arte, de Madrid a Cádiz donde será expuesto hasta finales de mayo.
Era la primera vez que el histórico documento, 96 páginas manuscritas y firmadas encuadernadas en terciopelo rojo, salía del Archivo de las Cortes, donde está habitualmente protegido por un alto dispositivo de seguridad.
“Su valor es imposible de calcular. Es incalculable ya no sólo por su valor económico sino por su alto valor histórico”, explicó Sandra Rodríguez Bermejo del Archivo de las Cortes Españolas.
De Diego destacó que la Constitución Española de 1812 conjuga las dos grandes corrientes de pensamiento del aquel momento y “es un reflejo de la ilustración de la que hereda múltiples contenidos como la soberanía nacional y la separación de poderes, pero también un texto romántico en el que se consagra la libertad”.
Para ilustrar la confluencia de esos dos factores, el filósofo español José Ortega y Gasset decía que “los hombres de Cádiz tenían el corazón repleto de racionalismo”
Su impacto real fue sin embargo limitado, debido a la ocupación francesa y a su corta vida, que terminó en mayo de 1814 con el regreso al poder del rey Fernando VII. Posteriormente estuvo vigente durante breves periodos entre 1820-1823 y en 1836.