El embajador de Costa Rica en España, Melvin Sáenz, dijo ignorar bajo qué circunstancias desaparecieron dos piezas precolombinas de la sede diplomática en Madrid.
Así lo declaró ayer por teléfono a
El diplomático confirmó que se trata de dos unidades de la Colección Patterson, un polémico conjunto de casi 2.000 piezas arqueológicas que fueron exhibidas en 1997 en Santiago de Compostela, España, por el exdiplomático costarricense Leonardo Patterson.
Estos dos objetos permanecían en la sede diplomática costarricense desde el 14 de julio, fecha en que fueron entregadas oficialmente a Sáenz tras una resolución del Juzgado de Santiago de Compostela.
Desde ese día, afirmó el diplomático, las dos piezas patrimoniales permanecieron guardadas en una caja de cartón, en una bodega, dentro de las instalaciones de la Embajada en la capital española.
Sáenz admitió la carencia de medidas de seguridad como llaves, candados o cajas fuertes.
“La persona que se dio cuenta de que no estaban las piezas fue una funcionaria a la que giré instrucciones para que le hiciera unas mediciones a los objetos, pues alguien del Museo Nacional vendría a Madrid para evaluarlas. Este hecho nos sorprendió a todos, y no nos explicamos cómo sucedió”, declaró.
Sáenz dijo que el 24 de setiembre puso la denuncia ante la Fiscalía de Medio Ambiente, Urbanismo y Patrimonio Histórico de España por “desaparición”. “No me atrevería a decir que fue un robo. Aquí trabajamos solo seis personas, pero no tengo elementos suficientes como para señalar culpables”, afirmó.
A pesar de que Sáenz interpuso la denuncia hace un mes, el hecho no se dio a conocer públicamente hasta el lunes en la tarde mediante un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
En ese documento se plantea, además, que las piezas “desaparecieron después de que se realizó un cambio en el mobiliario de las oficinas de la sede diplomática”.
Consultado al respecto, el embajador Saénz afirmó que, en efecto, hubo personal de una empresa que ingresó a la Embajada para llevarse los muebles viejos, y otros empleados de una segunda compañía que instalaron el mobiliario nuevo. Por su parte, en declaraciones a la prensa, el vicecanciller de la República, Carlos Roverssi, liberó a Sáenz de toda responsabilidad por “estar de vacaciones” y aseguró que lo sucedido en la Embajada es un “robo común y corriente” que está en proceso de investigación, y aún deben esperar resultados para poder dar con los responsables.
Al ser interrogado sobre las medidas de seguridad en el recinto diplomático ante el ingreso de personas ajenas a la Embajada, Roverssi afirmó: “Tengo entendido que las piezas estaban bien resguardadas, y es sorprendente la forma en que descubrieron dónde estaban y cómo las sustrajeron. Pero ignoro dónde era que las tenían guardadas exactamente”.
Una de las piezas sustraídas es un metate de piedra ovalado con la figura de un felino, cuyo origen es la subregión arqueológica del Diquís. Fue elaborado entre los años 1.000 y 1.500 después de Cristo (d. C.).
La otra pieza es un jarrón de cerámica con varias decoraciones, fabricado entre el 800 y el 1.200 d. C. por las culturas que vivieron en el actual Guanacaste.
Por otra parte, de la oficina de prensa del Museo Nacional se informó de que no fue sino hasta ayer cuando se recibió una copia de la denuncia presentada por Sáenz ante las autoridades policiales españolas.