Los dos inmuebles que funcionan como sede del Colegio Superior de Señoritas comparten un espacio, pero tienen sus diferencias.
Según explicó el arquitecto e historiador Andrés Fernández, estos edificios son producto de la reforma educativa que instauró el entonces ministro de esa cartera, Mauro Fernández, en 1886.
“La idea inicial era levantar tres edificios destinados a instituciones educativas exclusivas para mujeres: el Colegio Superior de Señoritas, la Escuela Superior de Señoritas N.º 2 y la Escuela Normal, que finalmente se levantó en Heredia”, explicó el arquitecto.
La obra fue diseñada por el ingeniero y arquitecto costarricense Lesmes Jiménez Boneffil, bajo una estética neoclásica y el sistema constructivo es en piedra de granito en sillería y ladrillo.
El arquitecto Carlos Ossenbach, director del proyecto de restauración, aseguró que se trata de una estructura sólida y muy bien construida que ha logrado soportar la actividad sísmica.
El edificio de la Escuela Superior de Señoritas N.º 2 fue encargado tiempo después, durante el gobierno de Ricardo Jiménez, y se inauguró en 1915.
El inmueble fue diseñado por el ingeniero y arquitecto catalán Luis Llach Llagostera siguiendo una estética ecléctica, es decir, su base es neoclásica, pero integra elementos modernistas.
Su sistema constructivo se definió en ladrillo y concreto.
En 1927, tras la muerte de la distinguida educadora josefina Vitalia Madrigal, la Escuela Superior de Señoritas N.º 2 adoptó ese nombre.
Su fachada destaca por los bajorrelieves –que también son obra del arquitecto Llac– como alegorías a las diferentes disciplinas del saber humano: las bellas artes, la música y las ciencias. En la parte más alta sobresale un escudo de la Costa Rica de entonces, conformada solo por cinco provincias. El edificio estuvo sucio, abandonado y deteriorado durante muchos años.