Una chispa de soldadura o un detalle de un madero pueden ser inspiración para las pinturas abstractas del artista nacional Edgar Zúñiga (1950). Él exhibe actualmente
La muestra agrupa 15 pinturas de formatos grande y mediano, hechas con acrílico y arena sílica.
“Esta obra obra se enmarca dentro de un concepto más informalista: no hay figuración; solo hay textura y color, aplicado a veces de una manera fuerte, y otras de forma suave y poética”, explica el artista.
La mezcla del acrílico y la arena sobre los cuadros produce varios tipos de textura, lo cual da a las obras un efecto tridimensional.
El artista explica: “Quiero transmitir esas emociones que me circundan y que experimento en los ambientes urbanos y en los naturales; dichosamente, en Costa Rica todavía podemos movemos en ambos entornos muy fácilmente”.
Para el autor, sus obras son el resultado de un juego entre este “macrocosmos” del ambiente que lo rodea y el “microcosmos” de sus experiencias como escultor.
El artista afirma que su pintura retrata algunos detalles abstractos que encuentra cotidianamente en el material que usa en su taller.
Zúñiga tiene una amplia experiencia como escultor y se ha dedicado seriamente a la pintura desde hace unos ocho años.
No obstante, el artista revela que su experiencia con el color se remonta a sus inicios en el taller de imaginería religiosa de su padre Manuel María Zúñiga.
“El color siempre estuvo junto a la escultura, en los rostros, en la carne, en el tono de las venas...”, afirma el artista.
La muestra permanecerá en exhibición hasta el 20 de agosto.