Géminis es un dibujo de 13 x 19 pulgadas realizado a finales del 2014. Lo hice en medio de una etapa de mucha experimentación gráfica, cuando mi interés estaba enfocado en la búsqueda de un trazo particular que pudiese comunicar mucho de manera sutil y con la mayor simpleza posible. Cada dibujo trae un reto para el ejecutante. A partir de Géminis , mi reto es lograr la efectividad en el trazo. El concepto que quiera expresar puede perder fuerza comunicativa si hay muchas líneas innecesarias (“ruido visual”).
Ante ese reto, pude materializar una especie de mantra de dibujo: cada línea es una acción que genera una reacción en cadena; esta explota hacia los límites del soporte utilizado y hacia dentro del dibujo. Cada línea es una respuesta inmediata a las líneas que la rodean, y todas juegan con el espacio negativo para construir la forma deseada. Todo esto se halla muy influido por la impresión que me causaron los dibujos de la artista Dinorah Bolandi durante mi época de estudiante.
Casi todos mis dibujos empiezan con un proceso de exploración espacial para definir el formato que mejor vaya ajustándose a la idea. Por esto realizo pequeñas composiciones hechas en pedazos de papel destinadas a explorar el diseño final. Ellas me permiten proyectar el dibujo: dónde colocar los diferentes elementos y cómo ponerlos; además, puedo analizar cómo funcionaría el espacio negativo con respecto a estos elementos gráficos.
A pesar de que hago esta planificación y busco referencias de apoyo, durante el proceso de dibujo dejo muchas veces que las líneas vayan insinuándome las formas en lugar de buscarlas a propósito. Esto agrega una espontaneidad en ocasiones provechosa, en ocasiones desastrosa.
Como me gusta indagar esas insinuaciones del propio dibujo, el medio digital adquiere algunas ventajas: me da la posibilidad de observar el efecto que ejercerá en la composición: así podré decidir su validez sin perder –o incluso arruinar– el trabajo.
Decidí dibujar signos astrológicos por su riqueza iconográfica y por la versatilidad plástica que permiten ya que pueden interpretarse de diversas maneras: desde lo más básico y concreto hasta posibles abstracciones casi inverosímiles que –más allá de la intención inicial– ya no tienen mucho en común con la idea. Para este trabajo decidí caer en el medio y sugerir conceptos utilizando la figura humana y los signos del Zodiaco como personajes femeninos y sensuales.
Géminis –las gemelas– son el signo de la dualidad. Son hermanas casi iguales, ambas bellas y ambas eternas. Como hermanas, tienen tantas cosas que las unen como las que las dividen. Siguen caminos de vida separados por las pequeñas cosas que pueden distinguirnos como humanos independientes. Sus vidas están vinculadas por lazos de sangre: en ocasiones con fuerza, y, en otras, disueltas imperceptiblemente.
Todo se decidió con el fin de representar la cohesión de estas gemelas sin dejar de lado las particularidades de cada una. La expresión de sus caras y sus cuerpos fue vital, así como el juego con el cabello que las rodea describiendo sus formas y sus movimientos, y acentuando su unidad como hermanas e individuos.
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