En la danza, el olvido –y la muerte– es inacción, parálisis; un escenario vacío. Recordar es bailar, poner en movimiento la historia. Por eso, el sábado 18 de junio , a las 8 p. m., llegará Antología al escenario del Teatro Nacional.
Una década después de su muerte, a una maestra y coreógrafa tan destacada y querida como Cristina Gigirey se le celebra repasando su obra.
Danza Abend rescata cinco coreografías con las cuales Gigirey dejó una gran impronta en la danza costarricense: La casa de Bernarda Alba (1978), Aquella mujer (1985), Aquel soldado (1985), Las Madres (1986) y Grito y pulsaciones del recuerdo (1999).
Esta antología transita por dolor, pasión, lucha, añoranza e intensidad. Así lo creó Gigirey y lo reviven 20 bailarines bajo la dirección de Gabriela Dörries, su hija y vigilante de que el olvido se mantenga lejos de este legado .
Nacida en Uruguay, Gigirey llegó a en Costa Rica a finales de los años 70, procedente de Alemania. Participó en la fundación de importantes grupos e instituciones de la danza nacional.