La organización incluyó estos sitios en su lista de monumentos del 2012 y espera captar así la atención de los Gobiernos e individuos para que financien su salvación.
Los parajes que forman parte de la lista –publicada cada dos años– no son necesariamente conocidos, pero enfrentan el riesgo de ser destruidos o deteriorados debido a afectos ambientales, la falta de financiación, el fuerte impacto del turismo o los cambios sociales y políticos en la zona.
“Este año recibimos un número sin precedentes de nominaciones para proteger emplazamientos en Latinoamérica”, dijo Érica Avrami, directora de Educación e Investigación del WMF.
Aunque se recibieron 80 nominaciones, solo se enlistaron 22 edificios, complejos arqueológicos y ciudades latinoamericanas.
Argentina y Perú tienen tres emplazamientos cada uno, que urgen de restauración, mientras Guatemala, Colombia, México y Haití poseen dos cada uno.
A nivel mundial, la lista incluye 67 emplazamientos. Asia registra 14 lugares, Norteamérica seis y Europa 11. Otros sitios incluidos fueron partes del Monasterio de San Hilarión, en el estrecho de Gaza; la estación de tren Haydarpasa, de Estambul, y los poblados pesqueros de Ha Long Bay, en Vietnam.
El WMF vela por los avances logrados en los emplazamientos incluidos en listas anteriores e intenta que esos proyectos de conservación se sigan financiando.