Con una hora de duración, los porteños disfrutaron ayer de un desfile cargado de comparsas, cimarronas, mascaradas y hasta un autobús que rebotaba al ritmo de la música.
La caravana partió del parque El Lobo a eso de las 5 p. m., con una carroza que llevó a la reina del carnaval y sus dos acompañantes; la faena continuó con agrupaciones de la Universidad de Costa Rica, Curridabat y San Rafael de Heredia.
Sumado al ritmo de los participantes, los espectadores también se apuntaron a la fiesta. Sin temor al qué dirán niños, jóvenes y hasta adultos mayores, se saltaban las barricadas para bailar con los bailarines de las comparsas. El desfile fue efímero y ya a las 6 p. m. se vio al último colectivo, la comparsa Latin Son, de Alajuelita.
Además de bailarines emplumados y con luces en sus penachos, ellos se lucieron con una pequeña carroza donde iba una vistosa bailarina. Aunque se veían felices, los asistentes a la actividad les pidieron a los organizadores reforzar la seguridad.
“Debe haber más policías. Hay lugares donde se arman pleitos de un momento a otro y no hay nadie que detenga eso”, aseguró Daniela García de Alajuela.
Kimberly Araya de Guápiles también pidió que prestaran más atención a la limpieza en los baños públicos.