04/09/2012.Hora 3:45 p.m. En el mercado Central en San Jos se consiguen juguetes de madera tradicionales. En la foto tramo de Souvenir El Espejo. CARLOS GONZALEZ/GRUPO NACION (CARLOS GONZALEZ CARBALLO)
En los tiempos de las maravillas tecnológicas, con sus computadoras, consolas de videojuegos y muñecas que hablan, todavía existen pequeños que prefieren jugar un rato a la antigua.
Bailar un trompo, dormir un yoyo, acurrucar una muñeca de trapo y correr en los lomos de un caballito de madera... Esos y muchos otros juguetes tradicionales, que se resisten a morir, podrían ser una opción diferente para obsequiar a los niños en su día.
En diferentes lugares del país, todavía quedan varios artesanos que diariamente fabrican decenas de juguetes. Sus creaciones se pueden adquirir principalmente en los mercados centrales de diferentes ciudades, a precios que, en la mayoría de los casos, resultan bastante asequibles.
Para empezar, están los caballitos de palo, con sus cabezas de cuero, sus riendas y sus crines multicolores, que se pueden adquirir a precios que van de los ¢1.700 a los ¢3.000 en el Mercado Central de San José.
Los camiones, los carretones y las típicas carretas de bueyes hechas en madera, se venden en diferentes tamaños y a precios que van desde los ¢5.000. Por un monto similar, también podría obtener una guitarra de juguete, incluso decorada con paisajes de nuestra tierra.
“Uno de los juguetes más buscados son los trompos de madera; los chiquillos lo han vuelto a poner de moda. Se vende a ¢1.500 con todo y manila”, explicó Ileana Cascante, dueña de la tienda El Espejo.
Las bolinchas, los yacses y los yoyos también figuran entre los juegos tradicionales que todavía se pueden comprar los pequeños. Los dos primeros tiene un costo de ¢1.000, mientras el famoso juguete de origen chino que sube y baja por una cuerda tiene un valor de ¢1.500.
“Son juegos con los que se divirtieron nuestros abuelos y nunca pasan de moda. Es importante rescatar lo que es nuestro”, resaltó Hilda Fallas, del puesto Moravia, también en el mercado josefino.
A lista de posibles regalos se suman las muñecas de trapo, con su tradicional peinado de trenzas (de ¢5.000 a ¢11.000) y los chanchitos de barro para incentivar el hábito del ahorro en los pequeños (de ¢550 a ¢4.500).
Y no pueden faltar los incansables maromeros, que por ¢1.500 se dejarán perseguir por todos los rincones de la casa.