No hay mayor recompensa para el alma que la sonrisa de un niño. Ese ha sido el principal objetivo que se ha trazado, desde hace tres años, el Hospital Nacional de Niños y el Banco Nacional, quienes por medio de su alianza, buscan llevar alegría e ilusión a todos los pequeños de Costa Rica.
Una loca Navidad es el nombre que fue escogido para la carroza que desfilará este año en el Festival de la Luz, un concepto que fue desarrollado por la diseñadora Patricia Morales, quien también es la coordinadora de la elaboración de dicho vehículo.
“Esta idea se desarrolló luego de haber realizado un focus group con padres e hijos que han estado en el Hospital Nacional de Niños, ya sea por una visita o un tratamiento médico y han pasado momento difíciles. Esto nos permitió concluir que a un niño se le puede quitar todo, pero nunca la ilusión”, explicó Morales.
Es en este escenario, en el que los pequeños viven de una gran imaginación, condimentada con una gran fantasía, que se quiso recrear lo que para ellos representa el verdadero espíritu de estas fechas. A esto se suma el hecho de que materiales usados en la carroza como estereofón, escarcha, telas, fieltro, peluche, entre otros, serán reciclados.
Por ejemplo, algunas de las figuras serán colocadas en distintas áreas del hospital, además de que las luces led –alrededor de unas 8.000– que iluminarán la carroza se reutilizarán en ciertos lugares de sus instalaciones para darles una mayor calidez.
“La carroza es del Banco Nacional, y ellos son un socio estratégico muy importante para la institución, porque siempre nos apoyan en actividades que buscan recaudar fondos para el Hospital. Ambos nos encargamos de desarrollar el concepto y eso lo agradecemos”, dijo Morales.
Es importante destacar que el voluntariado es un ingrediente indispensable para que esta “receta” logre endulzar la vida de todos los niños. Artistas, diseñadores, padres de familia, doctores, entre otros, se unen para aportar su granito de arena, ya sea pintando algunas de las figuras, colocando telas o haciendo cualquier otro trabajo que haga que el producto final logre su cometido.
“La buena voluntad es impresionante. Cuando se está ensamblando la carroza hay una energía única, porque llegan hasta 100 personas para ayudarnos. Sin lugar a duda, este es un trabajo que mueve fibras sensibles en cada uno de nosotros”, sostuvo.
Como la idea es acercar la Navidad a los niños, Morales confirmó que este año un grupo integrado por 20 pacientes con enfermedades crónicas y otros que ya terminaron sus tratamientos, tendrán la oportunidad de hacer el recorrido en la carroza. Además, alrededor de 40 payasos, conocidos como Hospisonrisas, también serán parte del espectáculo.
Para la diseñadora, el deseo de participar en una actividad como esta los lleva a unirse más allá en pro de un premio, por lo que más que ser una carroza artística, se decidió que fuera una carroza meramente infantil. El principal mensaje que desean transmitir es nunca perder el amor, la esperanza y los sueños.
“Este año, la carroza medirá unos nueve metros de largo; esto podría aumentar con el chapulín y la carreta que nos facilita el Instituto Costarricense de Electricidad. Iniciamos la construcción hace poco menos de un mes, pero tenemos la ventaja de que hay muchas personas involucradas en esto”, aseguró Morales.
Desde hace tres años, el Hospital Nacional de Niños y el Banco Nacional unen esfuerzos para hacer de cada Navidad un momento especial y único para todas aquellas familias que pasan por momentos no tan gratos, y que necesitan de esa esperanza de salir adelante.