Cuando en un país como Costa Rica alguien llega a ofrecer arepas para comer, lo primero que viene a la mente de cualquier tico son los conocidos y dulces panqueques.
Sin embargo, desde hace algunos años, la comunidad venezolana que reside en este país, ha intentado dar a conocer este plato típico del país suramericano.
Cuando se trata de este alimento, no existe hora ni fecha que no se ajuste a sus exigencias. Por eso, no resulta extraño que las arepas puedan comerse tanto en el desayuno como en una cena.
“La versatilidad en la arepa va desde los ingredientes con los que se puede rellenar, hasta el momento ideal para comérsela”, explicó Luis Pérez, chef y propietario del restaurante Budare Criollo de Noris, ubicado en Plaza Colonial, en Escazú.
Hecha a base de harina de maíz precocida, la arepa le ofrece una infinidad de opciones para ser acompañada. En ella, desde los vegetarianos y hasta los más fervientes carnívoros, encontrarán el paraíso en un simple bocado.
Comenzando por la tradicional carne mechada, pasando por la de frijoles y queso, para llegar hasta la de cerdo, el sabor de una buena arepa está en los ingredientes que se deseen incluir en ella.
Es un alimento en el que quienes lo consumen pueden expresar de alguna forma la infinidad de sus gustos gastronómicos. Eso ha llevado a afirmar que la arepa es como un lienzo en blanco, en el que cada persona pinta trazos a su manera, que, finalmente, son expuestos en el paladar.
Ante tan amplia oferta gastronómica, no es raro preguntarse el origen de la preparación de este plato, que se remonta a los aborígenes que habitaban el territorio que hoy es compartido por Venezuela y Colombia.
Esa diversidad de etnias es lo que ha influido, enormemente, en la combinación que gira entorno a la arepa, que puede ser asada o frita. Esto lo que muestra es la diversidad cultural que convive en el país suramericano.
“Definitivamente, la arepa representa perfectamente la diversidad cultural que ha existido siempre en Venezuela, a pesar de que es un plato muy nuestro. En ella convergen las diferentes raíces que nos forman como país”, afirmó Pérez.
Esa identidad venezolana se ve representada hasta en la selección de sus nombres: Pelúa, que es con carne mechada y queso rallado; la Sifrina (fresa), rellena de queso y jamón. No puede quedar por fuera de esta peculiar lista la Reina Pepiada, hecha a base de aguacate y pollo, y cuyo nombre se dice surgió de la ex-Miss Mundo venezolana, Susana Dujim.
Así es el reino de la arepa venezolana, en el que quien tiene el placer de entrar, lo hace definitivamente para quedarse en él.