9/12/11. Playa Corozalito donde ayer se grabo un comercial con Pamela Anderson. foto: eyleen vargas (eyleen vargas)
Era jueves y el reloj se convertía en un desafío para la producción. Pasadas las 5 p. m., el sol, poco a poco, se despedía, al tiempo que la arena era testigo de esa ansiada última secuencia.
Las luces artificiales invadieron la locación, para provocar el efecto de que aún era mediodía.
La actriz y modelo canadiense se mantuvo de rodillas, con su cabellera tan rubia como el mismo atardecer, todavía intacta, para ensayar la toma final.
Quien fuera protagonista de la serie
El muchacho, quien prefirió no decir su nombre ni comentar nada alegando un contrato de confidencialidad, estaba acostado sobre la playa, ya que interpretaba a alguien que necesitaba respiración boca a boca.
En una secuencia anterior, el equipo de producción grabó a la canadiense en un supuesto rescate del joven, que se ahogaba en el mar, lo que hizo recordar a la celebridad en la popular serie de salvavidas, en la que actuó seis años.
Pero Anderson prefirió un traje de baño negro y no uno de color rojo encendido, como el que lucía en el
Tampoco usó el salvavidas, a pesar de que las olas de playa Corozalito, en Nandayure de Guanacaste, la revolcaban con tanta fuerza que requería de ayuda para no experimentar una zambullida obligada.
El vestido de baño de una pieza no dejó de ser sensual: la espalda descubierta. Aunque todo lo demás no dejaba espacio para la imaginación, los pocos lugareños que llegaron a ver el rodaje comentaron cuan atractiva o no encontraron a la famosa rubia.
A las 5:40 p. m., sin luz del día, Anderson agachó su cabeza para dar respiración boca a boca al muchacho; fingió, gracias a su largo cabello. Luego de más de 10 pruebas, se logró la escena que el hiperactivo director quería.
De esa manera, el josefino fue quien estuvo más de cerca de la exconejita. Los curiosos que estaban en el sitio se quedaron con las ganas de saber qué pasó en aquel sutil acercamiento.
Ella se levantó tras escuchar al director decir que aprobada lo grabado. Les agradeció su participación y pidió un fuerte aplauso.
Anderson caminó hacia un toldo improvisado, que en muchas ocasiones del día sirvió como una de sus guaridas.
Quien escribe se acercó para pedirle una entrevista a la actriz. Estaba rodeada por dos agentes de seguridad, al escuchar la petición, se volteó y aceleró el paso.
La famosa y sus guardianes se montaron en la microbús en la que llegaron la mañana del jueves y la que, constantemente, llevó a Anderson a una casa rodante, ubicada a 300 metros de la playa.
Ella se retiró cada vez que terminaba su participación. El vehículo tenía vidrios polarizados, por lo cual era poco lo que se podía ver en su interior. Su salida de suelo nacional estaba prevista para anoche.