El Reino Unido vivió ayer el principio de una historia de amor que busca culminar con el tradicional: “y vivieron felices para siempre”.
Tras meses de especulaciones, ayer, por fin, el príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono británico, anunció su compromiso oficial de matrimonio con la joven Kate Middleton.
La boda se celebrará en la primavera o verano ingleses del próximo año, según un comunicado de la Casa Real divulgado ayer. Desde ya se espera que se convierta en el evento social del siglo XXI, tal como el de los padres del novio fue catalogado como la boda del siglo XX.
Según el comunicado, los jóvenes, ambos de 28 años, se comprometieron en octubre anterior, durante una vacaciones en Kenia.
Para hacer aún más romántica esta historia moderna de príncipes, títulos y coronas, el joven heredero utilizó como símbolo de su promesa el mismo anillo que utilizó su madre, la fallecida princesa Diana.
Se trata de una joya de de zafiros y diamantes que el príncipe Carlos le dio Diana Spencer al prometerle su amor eterno en 1981. La pareja se divorció en 1996.
“Es mi manera de asegurarme de que mi madre no se perdiera la emoción de este día y que vamos a pasar nuestras vidas juntos”, dijo Guillermo, durante su encuentro con la prensa y según consignó la agencia de noticias AFP.
“Estamos muy felices. Ha sido un auténtico alivio y es muy agradable poder contárselo a todo el mundo”, le dijo el Príncipe a la cadena BBC, tras el anuncio oficial.
La joven pareja vivirá en el norte de Gales, donde el príncipe sirve en una unidad de la Real Fuerza Aérea del Reino Unido (RAF), después de graduarse como piloto de rescate, en setiembre anterior.
Su relación ha tenido altos y bajos e, incluso, se separaron en el 2007, tiempo que el príncipe aprovechó para culminar su formación militar. Luego recobró a a la que dice será la mujer de su vida.
Kate, por su parte, ha sabido ganarse el cariño del pueblo británico, quien la ve como una digna aspirante a llevar algún día la corona.
También cuenta con la aprobación de la reina Isabel II, quien ya la ha invitado en múltiples ocasiones a participar en actividades de carácter real. La monarca envió ayer un comunicado en el que dice estar encantada del compromiso de su nieto con Middleton.
El príncipe Carlos afirmó estar “obviamente emocionado” . Más expresivo fue el príncipe Enrique, hermano menor de Guillermo, quien dijo estar feliz porque con la boda ganará una hermana, algo que siempre anheló.
Sin embargo, no todo es alegría y algunas sombras ya pesan sobre el futuro de la pareja. Por un lado, están los fracasos amorosos que han rodeado a la familia real a lo largo de su historia.
Aún mayor es la preocupación de que la futura reina se convierta en la nueva presa favorita de los paparazis y publicaciones del corazón, y sea acosada día y noche.
La joven de cabellera castaña está consciente del desafío que implica entrar a formar parte de la familia real británica.
“Es un reto enorme, pero, con un poco de suerte, progresaré, y Guillermo es un gran profesor y espero que me pueda ayudar en el camino”, admitió la joven, quien ayer, en el anuncio, lució un elegante vestido de satén azul ceñido, a juego con la sortija y el traje de su prometido.
Su ilusión, que aún está intacta, es que su amor real está hecho para resistir pruebas reales.