Catalina, duquesa de Cambridge, abandonó sonriente el jueves del brazo de su esposo, el príncipe Guillermo, el hospital londinense donde llevaba ingresada desde el lunes, por complicaciones ligadas a su embarazo, rumbo al Palacio de Kensington, donde disfrutará de unos días más de descanso, informó la agencia de noticias AFP.
Vestida con un abrigo largo azul marino y llevando un ramo de rosas amarillas en la mano, la duquesa salió andando con Guillermo del hospital Rey Eduardo VIII, poco antes del mediodía, y sonrió a la nube de cámaras que le esperaba antes de meterse en un coche oficial.
El Palacio de Saint James, encargado de los asuntos del segundo en la línea de sucesión y de su esposa, precisó en un comunicado que Catalina tendrá ahora un “periodo de descanso” en el Palacio de Kensington, en el oeste de la capital, donde la pareja tiene un apartamento, mientras espera que terminen las reformas de su residencia definitiva.
Los duques de Cambridge “quieren agradecer al personal del hospital por la atención y el tratamiento” que dispensaron a Catalina en estos tres días, agregó la secretaría en un comunicado.
Catalina, quien va para 12 semanas de embarazo, fue hospitalizada ese lunes por hiperméresis gravídica, una forma severa de náuseas y vómitos padecida por una pequeña proporción de gestantes que se acompaña de una pérdida de peso y puede conducir a una deshidratación.
Especulación y broma. Como esta afección se da a menudo en mujeres con embarazos múltiples, enseguida se desataron nuevos rumores en la prensa rosa del Reino Unido y apuestas sobre la posibilidad de que la duquesa esté esperando gemelos.
Mientras el palacio se limitaba a decir que la paciente evolucionaba favorablemente, el informe más detallado de su estado de salud lo obtuvieron dos locutores de radio australianos que, haciéndose pasar por la reina Isabel II y su hijo el príncipe Carlos, consiguieron comunicarse el martes con una de las enfermeras que la atendía en el hospital.
“La hemos rehidratado porque estaba muy deshidratada cuando llegó, pero a esta hora está estable”, le dijo la enfermera a la presentadora de la emisora de Sídney 2Day FM, Mel Greig, haciéndose pasar por la reina inglesa y con un acento británico medianamente aceptable.
Los dos presentadores pidieron disculpas el miércoles por esta broma, que puso en una situación bochornosa al centro hospitalario.
El hospital calificó el incidente de “ muy lamentable”, y no descartó entablar acciones judiciales contra la emisora australiana que hizo la broma. aandino@nacion.com