Viva

Derribe con una chuza la rutina

Para unos cuantos, el boliche es toda una ciencia; para la gran mayoría, no es más que la válvula de escape perfecta

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Diez bolos al final de una pista aceitada de 19 metros son el reto. La escena es siempre la misma: alguien toma una bola del aparador, se impulsa, hace gala de lo mejor de su puntería y clava la mirada en el final de la pista para ver cuántos logrará derribar.








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