El escritor costarricense Carlos Cortés recibió la medalla de Caballero de las Artes y las Letras de Francia, reconocimiento que entrega el gobierno de Francia para reconocer la labor cultural de artistas e intelectuales que hayan mantenido lazos con el país europeo.
En el 2016, Cortés recibió el anuncio de la condecoración tras ser propuesto al gobierno francés por el entonces embajador en Costa Rica, Jean-Baptiste Chauvin.
El martes pasado, el actual embajador Thierry Vankerk-Hoven finalizó la ceremonia de la orden al colocar la medalla en el pecho de Cortés.
El escritor ofreció un sentido discurso sobre el impacto de la cultura francesa en su vida, empezando por su fascinación infantil por el "mar" y por "Napoleón" en una vieja enciclopedia.
"Esas dos palabras condensaban y de alguna manera todavía condensan la tentación del absoluto que se encuentra almacenada en la pólvora del lenguaje –para quien, como yo, quería convertirse en escritor–, así como lo que significa para mí la literatura y la cultura francesas", explicó Cortés.
Cortés estudió y vivió en Francia entre 1994 y 1998. Algunas de sus obras que han sido traducidas al francés son un capítulo de su novela Cruz de olvido y su cuento La última aventura de Batman en la antología Les bonnes nouvelles de l'Amérique latine (2010) junto a otros reconocidos escritores como el argentino Andrés Neuman, la mexicana Rosa Beltrán, el chileno Alberto Fuget, entre otros.
"Nunca esperé hablar francés. Esta experiencia del lenguaje me otorgó una doble extranjeridad. Es decir, siempre me he sentido extranjero hablando francés. Pero ante esto quiero explicar lo siguiente: así como la condición humana se define por una dimensión ajena, que es el tiempo, a la que solo podemos acercarnos gracias a la memoria –sin apropiarnos de ella-, la creación literaria habita una casa que no le pertenece, que es el lenguaje.
"Por eso hablo de una doble extranjeridad. Lo que define la creación literaria es justamente la desposesión, la imposibilidad de apropiarse de algo que pertenece a todos y a ninguno, que es el lenguaje", dijo Cortés en su discurso.
Según dijo el escritor en entrevista, la actividad protocolaria fue realizada en la residencia del embajador de Francia y, en ella, participaron su familia (incluida su esposa, la historiadora María Lourdes Cortés) y algunos amigos cercanos.
"Es muy emocionante porque, una vez que me anunciaron el nombramiento, me metí a ver quiénes lo habían ganado y sentí el peso de lo que realmente significa que Francia te nombre Caballero de las Artes y las Letras", dijo Cortés en entrevista telefónica.
Cortés agradece su vínculo con el país europeo a una educación en la que fue cercano a muchas de sus representaciones artísticas y culturales.
"Yo fui criado por un amante de la cultura francesa y la República francesa. Comparto muchos de los valores que Francia ha divulgado en el mundo (...). Pienso que, desde que estudié en Francia, a partir de relaciones de cooperación con instituciones francesas, universidades francesas, amigos escritores... Todo eso ha ido creciendo hasta convertirse en una parte muy importante de mi vida", aseguró el escritor costarricense.
La última costarricense en recibir la medalla de Caballero de las Artes y las Letras fue la psicoanalista Ginette Barrantes, fundadora de la asociación Club de Amigos de Francia.