El terreno con el que Carlos Maroto esperaba montar su negocio más bien le ha provocado pérdidas millonarias.
Se trata de una parcela de cerca de cinco hectáreas, en la cual planeaba constituir un condominio para 75 viviendas, pero la doble titulación que presenta la propiedad tiene detenido el proyecto.
El empresario contó que el terreno está en manos de su familia desde el año 1998, pero fue hasta agosto del 2015 que se enteró de las irregularidades en su inscripción, cuando el Departamento de Castro del Registro Nacional rechazó el trámite de inscripción de los planos.
Al mismo tiempo, se generó una advertencia administrativa sobre esa propiedad.
Desde entonces, asegura, ha intentado conseguir respuestas del Inder y no ha habido mucho avance. Su preocupación principal son las pérdidas que le ha dejado el emprendimiento.
“Invertí mucho dinero ahí y ahora no puedo hacer uso de el”, se quejó Maroto.
Actualmente, mantiene un proceso contra el Inder en el Tribunal Contencioso-Administrativo, pero espera llegar a una solución alternativa.
“No quiero ser un oportunista. Sé que puedo llegar a un acuerdo por mucho menos de mis pérdidas, pero por lo menos para levantar mi proyecto, que ha perdido credibilidad”, manifestó Maroto.
“Si usted pasa por un proyecto que tiene uno o dos años de que no se mueve nada y apenas cortan el zacate, usted no va a poner su dinero ahí”, agregó.