EscucharCiudad Quesada, San Carlos. El presidente de la República, José María Figueres Olsen, dijo ayer no temer a las sanciones comerciales o económicas por una demanda interpuesta contra el Estado costarricense por la empresa Millicom, en Washington.
"No, para nada. Eso es un asunto de una empresa, nada tiene que ver con el Gobierno de los Estados Unidos", quien es el que maneja los asuntos comerciales bilaterales, afirmó el mandatario, durante una reunión que sostuvo ayer con directivos y asociados de Coopelesca, en esta ciudad sancarleña.
Según Figueres, hasta ayer no había recibido una comunicación oficial sobre la demanda por $400 millones, que tramita la empresa de telefonía celular Millicom en reclamo de pérdidas que le causó la clausura obligada de sus operaciones en Costa Rica, en mayo de 1995.
"Esperemos que se aclaren los nublados del día. Hasta el momento solo hemos visto lo que publican los periódicos", añadió el Presidente, quien rehusó reiteradamente ampliar detalles sobre el caso alegando esperar la comunicación oficial de las autoridades estadounidenses.
Pese a ello, Figueres adelantó que "las cosas no son como las han pintado" --refiriéndose a los reclamos de la empresa estadounidense-- y dijo que debe esperar para "ver cómo se plantea la cosa".
Las declaraciones del mandatario, las primeras que hace en relación con la millonaria demanda, se produjeron durante una conferencia de prensa que ofreció en el balneario de Ciudad Quesada, luego de ser homenajeado por la Cooperativa de Electrificación Rural de San Carlos (Coopelesca). Por otra parte, Figueres, quien dijo haber viajado a este cantón para "cargar las pilas", no quiso responder o referirse a las críticas hechas contra su administración por el Premio Nobel de la Paz y expresidente de la República, Oscar Arias Sánchez.
El exgobernante fustigó al Gobierno el jueves anterior --durante una conferencia que dictó en el hotel Camino Real, organizada por el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE)-- por la falta de liderazgo y decisión para emprender la modernización del Estado costarricense.
Al ser consultado sobre estas opiniones, se levantó de la silla y dio por concluida, a las 11:58 a.m., la conferencia y volvió la espalda a periodistas que insistían sobre el tema.
