SAN CARLOS La Municipalidad sancarleña prepara un plan maestro para asegurarles a unos 35.000 habitantes del cantón el abastecimiento futuro de agua potable.
Las obras para la primera etapa del proyecto arrancarían a inicios de octubre y consisten en la construcción de un tanque de almacenamiento en el barrio Gamonales (Ciudad Quesada) con capacidad de hasta 2.500 metros cúbicos (m³).
Esta obra es de dimensiones incluso mayores que las del palacio municipal sancarleño, e implicará el desembolso de más de ¢1.000 millones, financiados mediante un préstamo del Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM).
Alfredo Córdoba, alcalde de San Carlos, dijo que esta primera etapa incluye la construcción de un segundo tanque de almacenamiento, con capacidad de 150 m³ en el barrio Los Ángeles, en la cabecera del cantón. Esa estructura abastecería a los vecinos del norte de la ciudad.
Las obras en ese segundo tanque incluyen, por ejemplo, algunas sustituciones en la red de tuberías.
La construcción de la primera fase del plan maestro fue adjudicada el mes pasado y se prevé que concluya en cuestión de seis meses.
En dos pasos. Este proyecto de aguas en Ciudad Quesada incluye una segunda parte, para la cual el municipio apenas gestiona el método de financiamiento. La inversión sería similar a la de la primera fase, de ¢1.000 millones.
Con ese dinero se compraría un terreno de cinco hectáreas, al sur de la ciudad, dentro del cual se pretende captar una segunda fuente.
Se prevé que las obras en esa área se inicien en el transcurso del 2015 y tarden seis meses.
“Este proyecto es el más grande que la Municipalidad de San Carlos va a emprender en toda su historia. Una vez que se concrete, la población tendrá la seguridad de que no le faltará el agua potable”, manifestó el alcalde sancarleño.
Córdoba recordó que en Ciudad Quesada (primordialmente abastecida por el acueducto municipal) casi no se oye hablar de problemas de acceso al agua potable.
Dicho plan persigue prevenir la escasez futura que causaría un acelerado crecimiento poblacional.
En la cabecera del cantón sancarleño habitan unas 52.000 personas; cada una consume, en promedio, 424 litros de agua al día. Allí, el consumo por persona está muy por encima del recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de hasta 80 litros diarios.
Se calcula que gracias a este proyecto se llevaría agua potable a 200 nuevos abonados cada año, durante el próximo quinquenio.